21/03/2016
Adentrándose a Colombia

El mes de febrero empezó a lo grande para el equipo de VGR de Colombia. El equipo emprendió un viaje misionero de diez días a las selvas y zonas remotas de Colombia para proveerle algunos suministros muy necesarios a la Novia de Cristo y anunciar las novedades de lo que se está llevando a cabo en la obra del Señor.

En tan solo diez días el equipo visitó dos iglesias y siete misiones de la zona noroeste de Colombia. La jornada los llevó a cruzar carreteras sin pavimentar en lo alto de las montañas colombianas, recorrer territorios hostiles en motocicleta y hasta navegar por mares embravecidos; todo para entregar su precioso cargamento a los creyentes que esperaban el Mana Espiritual.

El siguiente es la mitad del informe, que trata sobre la obra misionera que se llevó a cabo en un pueblo llamado Alto Rosario. Pronto publicaremos otro informe sobre el resto de su viaje.

Viaje a Alto Rosario, martes 2 de febrero:

El lunes, 2 de febrero, partimos de Apartado después de desayunar y nos dirigimos a Alto Rosario. Llegamos a un municipio llamado Necoclí, donde el pastor Pedro Narváez nos esperaba. Esta región se conoce por estar gobernada por los paramilitares. Si no hubiéramos recibido un permiso previo y nuestro hermano no nos hubiera guiado en su motocicleta, nuestras vidas hubieran corrido peligro, pues el régimen de control intercepta a aquellos que no conoce y los trata como objetivos militares. Nuestro hermano condujo delante de nosotros en motocicleta. La carretera estaba en pésimas condiciones; por tanto, el viaje tardó tres o cuatro veces más de lo normal.

Condujimos 70 kilómetros en tres horas. Nos hospedamos en la casa del Hermano Pedro Narváez. En el lugar donde viven, el servicio de agua es muy limitado. No hay comodidades y el clima es muy sofocante. No cuenta con sistema de trasporte público; solo tienen motocicletas y en especial los niños tienen caminar largas distancias para llegar a la escuela. El único y pequeño hospital queda a horas de distancia y solo atiende un médico, que no siempre permanece allí. Ellos no gozan de ninguna de las comodidades que tenemos nosotros en la ciudad. Allí la temperatura media es de 42 °C. Como a las 4:00 p. m. nos dirigimos a la iglesia, que queda a treinta minutos de la casa tras recorrer una carretera sin pavimentar muy estrecha, y se ubica en lugar muy humilde. Los hermanos llegaban en motocicletas, caballos, burros o a pie. Normalmente caminan dos o tres horas para asistir al servicio. Cuando regresan a casa está completamente oscuro y tienen que usar linternas o faroles para alumbrar el camino. Tal como dijo el Hermano Branham: ellos hacen un esfuerzo para asistir al servicio.

Izamos nuestros banderines, los cuales testificaron por sí mismos. El servicio empezó a las 6:00 p. m. y el pastor dijo: “Dios nos ha visitado. Nos sentimos muy felices por el privilegio de que Grabaciones la Voz de Dios esté en medio nuestro”. El pastor dijo que recordó la historia que el Hermano Branham contó sobre el anciano de color que de gozo golpeó los tacones de sus zapatos en el aire; así que él hizo lo mismo para expresar la felicidad que sentía por nuestra visita.

Los hermanos cantaron por quince minutos y luego nosotros cantamos otros quince. Los animamos y les dijimos que el Hermano Joseph, y también los empleados de VGR, les mandaban saludos desde Jeffersonville. Luego les mostramos los videos. El subtítulo los impresionó demasiado. Las imágenes se vieron increíbles desde la pantalla de plasma (UHD).

Hicimos lo mismo que en todos los lugares que visitamos: un hermano lee los subtítulos del video que se está reproduciendo (como Adorando a la sombra de los árboles, Servicios de cinta en África y Nuestro trabajo). Colocamos el mensaje subtitulado Estén ciertos de Dios y los hermanos lo disfrutaron.

Al final del servicio, el Señor avivó la atmosfera de una forma poderosa y honró las expectativas de estos humildes creyentes. Ya era de noche, así que tuvimos que usar linternas para poder llenar los formularios de la tarjeta microSD y entregarles las revistas de Cub Corner a los niños.

Ellos estaban gozosos de recibir todos esos regalos y nos dieron abrazos afectuosos y expresaron sus agradecimientos. Ver la expresión de satisfacción en sus rostros fue muy valioso para nosotros. Asistieron unas cincuenta personas a este servicio.

El servicio concluyó a medianoche y los hermanos se marcharon usando linternas para iluminar los pastizales y los caminos abruptos que preceden a su hogar.

Oficina de VGR de Colombia

Fotografías