09/04/2018
Ella lo sabía

Recibimos este testimonio de parte de una familia de Australia que nos muestra que cualquier situación puede cambiar simplemente con fe. Esta es una de esas pequeñas bendiciones que el Señor Jesús nos concede para recordarnos: “Yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo”.

La alcaldía local, que se encarga de la reserva de arbustos junto a nuestra propiedad, recientemente envío un contratista para despejar el cortafuegos de su terreno.

La ruta del cortafuego roza nuestra cerca y en ciertas partes evade unos árboles pequeños ubicados cerca de la valla y más adelante en su terreno de la reserva. ¡Nos desconcertó ver la pala mecánica abriendo un nuevo camino al lado de nuestra cerca, donde crecían nuestros arboles de sombra!

Mi esposo llamó a la alcaldía para preguntar si podían seguir la ruta actual y preservar los pequeños árboles a lo largo del vallado que servían de sombra a nuestra propiedad, especialmente en el prado trasero.

Mientras mi esposo hablaba por teléfono, el contratista ya había despejado otros veinte metros y se disponía a derribar otro árbol de sombra, ¡un arbusto nativo que es el favorito de mi hija!

En ese momento, la alcaldía llamó al contratista para pedirle que se detuviera mientras consideraban nuestra solicitud. ¡Gloria al Señor por Su puntualidad!

Mientras el contratista trabajaba en otra sección de la reserva, me preguntaba si iban proseguir con sus planes o considerar nuestra solicitud. Al día siguiente, el contratista llegó a reanudar la obra. Para mi alivio, evitó los árboles de sombra y continuó con la ruta actual. ¡Vaya! ¡Nuestro Dios es tan bondadoso con nosotros!

Más tarde, hablé con mi hija, quien sonrió y mencionó que sabía que nada les pasaría a los árboles.

Me sorprendió verla sonreír con confianza y comentar: “¡Nadie querría meterse con nuestro profeta, el Hermano Branham!”. Me contó que había colocado una foto del Hermano Branham con la Columna de Fuego en su arbusto favorito.

Australia