18/03/2016
Señor, levántame

Por tanto, no desmayamos; antes aunque este nuestro hombre exterior se va desgastando, el interior no obstante se renueva de día en día. Porque esta leve tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de gloria; no mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven; pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas.

2 Corintios 4: 16-18

En la jornada de nuestra vida todos atravesamos valles de aflicción, pero nuestro Padre puede y quiere levantarnos con ánimo a la cima de la montaña en el momento que más lo necesitamos. El apóstol Pablo nos dice que nuestras aflicciones “solo son temporales” y que el cuerpo de Cristo se aferra de la Esperanza Eterna, que algún día pronto se hará realidad. Este hermano halló consuelo en el mismo lugar dónde todos lo encontramos: teniendo compañerismo con nuestro Señor Jesús.

Estoy muy agradecido con Dios porque algo es cierto: Él nos creó mi familia y a mí con un propósito. Los artículos de las Pepitas me infundieron muchos ánimos. Esta mañana me levanté un poco desanimado al ver a mis tres hijos en casa. No pude costear la matrícula para que este trimestre asistieran a la escuela y además mi esposa estaba un poco enferma.

Mientras meditaba en mi situación —no tener lo necesario para sustentar a mi familia—, me dirigí a donde tengo los cuadros de la Columna de Fuego y el retrato del Rostro de Cristo por Hoffman para hablar con Dios. Le pedí que me ayudara; pues, cuando me fijo en mi situación, siento que no he cumplido con mi responsabilidad de padre y esposo. En lo profundo de mi corazón sentí que debía permanecer enfocado en la voluntad de Dios durante todos estos momentos difíciles.

Pensé en ir más tarde a hacer mi Tiempo a Solas con Dios en un lugar secreto (en la capilla de la oficina de VGR de Lagos). Cuando ingresé al sitio web de VGR, esperaba ver primero la página de inicio, pero en lugar estaba el artículo de las “Pepitas de Oro”. Ahora ciertamente sé que todo ocurrió con un propósito y que Dios permitió que me pasara esto.

Yo creo que Él es quien abre el camino. Señor, ¡ayúdame a entender Tu Liderazgo! Mi alma se ha reconfortado.

Gloria a Dios. Amén.

El Hermano Okpo

Nigeria