27/04/2020
Artículos archivados: Finlandia, parte 5

La siguiente es la quinta parte de nuestra serie de la publicación de 1950 HYVÄ SANOMA (Las Buenas Nuevas), escrita originalmente en finlandés y traducida al inglés.

Tengan en cuenta que este es un resumen que hizo el autor sobre el sermón del Hermano Branham, por lo que no debe considerarse como una transcripción textual. Las notas del autor se tradujeron al finlandés y ahora se tradujeron del finlandés al inglés.

El artículo comienza en la parte inferior de la página 94 y continúa al final de la página 95.

El primer discurso de Branham en Finlandia

¡Que la paz de Dios sea con ustedes! Considero un gran privilegio poder estar en Finlandia. He esperado este momento durante mucho tiempo. Desde que me enteré de que tendría esta oportunidad, mi corazón ha estado latiendo de gozo. En América amamos a Finlandia. Sentimos un gran respeto por el pueblo finlandés. Cuando llegué a su país, sentí una atmósfera celestial. Sé que han sufrido mucho y el sufrimiento lleva a la oración. Todo obra para bien con los que aman a Dios. Cuando estaba en Texas, recibí un telegrama donde me informaban que podía ir a Finlandia y, desde entonces, lo he llevado conmigo como un precioso recuerdo y un tesoro. Siento no poder hablar el idioma finlandés. Pero pronto llegará el día en que todos hablaremos el mismo idioma, cuando lleguemos a Casa con Dios. ¡Señor, permite que ese día llegue pronto!

Cuando el Ángel del Señor me dio Su don, dijo que el mundo entero sería mi campo. Me alegro de que Finlandia sea el primer país donde puedo estar, aparte de las naciones de habla inglesa. Atravesé Londres, París y Estocolmo, pero estoy contento de poder empezar mi ministerio aquí. Estoy aquí para ayudarlos. Hago lo que puedo y confío en que sea una bendición. Espero que oren por mí mientras que sirvo al pueblo.

Ustedes han escuchado que el don proviene de Dios y no he hecho nada para obtenerlo. Nací en un hogar pobre, en una casa de troncos, donde no había suelo, solo una base de tierra. A lo largo de mi vida, la gente no me ha entendido. Siempre sentí que un ser estaba cerca de mí y me seguía (contó partes de la historia de su vida que se han publicado en los libros La visión Celestial y el Llamado Celestial).

Tardaría un tiempo para contarles todo lo que pasó. A menudo veo lo que va a pasar después. Primero, había una voz que me hablaba cuando era joven y ahora todo se ha revelado. Una vez estaba bautizando a unos convertidos, eran unos 130 y había 3000 personas observando. Era una tarde despejada de junio. Cuando estaba bautizando a la persona número diecisiete, escuché una voz: "¡Mira hacia arriba!". Una luz brillante apareció y se posó sobre mí. Algunos se desmayaron, otros corrieron hacia la colina. Espero y creo que también aparecerá en Finlandia. Soy un extraño para ustedes, pero no me siento así. Aquí hay una atmósfera Celestial. Creo que Dios les probará a Uds. que estoy diciendo la verdad. Cualquiera puede hablar

lo que quiera, pero si Dios lo vindica, entonces es correcto. Oramos y Dios lo vindica. El discurso de Dios es el discurso del amor y lo conozco a Él, en Quien creo. Él hará grandes obras en Finlandia también.

Algunos periódicos me llaman "un sanador divino". Es un gran error. No lo soy. Solo Dios lo es. Si alguien puede reclamar ese nombre, es Jesucristo. Pero Él dijo: "No soy yo, sino el Padre que mora en mí". Si Él no reclamó este nombre, ¡cómo podría yo! Dios está reuniendo a Su iglesia en este tiempo y recibimos las bendiciones del Espíritu. Vivimos a la sombra de Su Venida. Él reunirá a Su iglesia y sacará a los Suyos de este mundo caótico. Entonces no viajaremos de país en país orando por los enfermos.

Me gustaría poder hablar una hora con cada uno de ustedes, pero no es posible. Pero un día estaré allí con ustedes, donde el dolor y los sufrimientos desaparecerán y será un lugar mucho mejor para vivir.

El don que recibí me ha permitido ver con frecuencia un ser celestial en forma de estrella (Visión Celestial, páginas 19 y 20). Cuando la luz circular se me apareció por primera vez, parecía la luz de una linterna. Se hizo más grande y cuando miré hacia arriba, había una estrella verde amarillenta sobre mí. Así es como siempre se me ha aparecido. Esta luz ha sido fotografiada (¡miren la escritura en la página 85!).

Es la primera vez que estoy aquí y espero grandes obras de parte de Dios. La misma Voz que me habló cuando era niño desde la copa del árbol (Visión Celestial, página 6), me ha hablado desde entonces. Le dije: "Señor, no tengo educación, provengo de un hogar pobre". Pero el Señor dijo: "Yo estoy contigo".

El Ángel dijo: "Si solo puedes hacer que la gente te crea, ninguna enfermedad podrá hacerte frente, ni siquiera el cáncer". ¿Pero cómo podía lograr que la gente creyera? El Ángel dijo que me daría dos señales y, por medio de ellas, la gente creería. La primera consiste en que, al tomar a los enfermos de la mano, puedo saber cuáles son sus enfermedades. Y la otra es que conocería los pensamientos y los acontecimientos más secretos de sus vidas. El Señor le dio dos señales a Moisés, así como Él también me dio estas señales. Cuando tomo la mano derecha de la persona enferma con mi mano izquierda, puedo sentir los espíritus. Mi mano se enrojece y se pueden ver líneas blancas en ella. Las bacterias, espíritus de la enfermedad, están luchando dentro de mí en contra del don de Dios. Cuando la señal desciende, muestra que el enfermo se ha recuperado. "Si no creen en esta señal (en la mano), podrás conocer los secretos de su corazón, qué pecado ha causado sus enfermedades", me dijo el Ángel.

Si aquí en Finlandia no sucede lo que he dicho, soy un falso profeta. Si sucede, crean en Dios. Sin embargo, esta señal no sana a nadie. Eso demuestra que deben creer en Jesucristo, que Él está aquí para sanarlos. Si la fe no es correcta, el don también lo siente.

Después del discurso del Hermano Branham, empezaron a llamar a los enfermos a la plataforma.

El próximo lunes publicaremos la sexta parte de la revista, en la que el Hermano Gordon Lindsey alienta a tener fe, junto con más testimonios de las reuniones.