14/04/2016
El Recorrido Ágape en Branson

El viernes por la mañana el equipo llegó a Branson Convention Center y enseguida comenzó a trabajar. Tuvimos que instalar las exhibiciones y dejar todo funcionando antes de bañarnos y prepararnos para el servicio de la tarde. Siete horas se pasaron volando y, habiendo alistado las exhibiciones, pudimos ir a bañarnos y luego dirigirnos a Keeter Center para el servicio.

Keeter Center es una hermosa instalación con vigas de madera rústica, pisos de cemento pulido y muebles de madera. Se encuentra en la universidad College of the Ozarks, donde muchos estudiantes pueden ayudar a costear sus estudios al desempeñar distintas funciones en la universidad.

No pudimos contener la emoción de abrir las puertas hasta las 6:00 p. m., así que algunos salimos a conversar con la multitud de creyentes que ya se habían congregado afuera. La palabra que mejor describe lo que sentíamos es “expectación”. Tras abrir las puertas, un flujo constate de visitantes llenó el auditorio y se prepararon para el servicio.

En la primera noche reinaba un espíritu muy dulce. El Hermano Joseph animó a la gente a que se quedara con la Palabra y preparó la plataforma para que el Hermano Branham trajera el mensaje de la tarde. Cuando concluyó el sermón y adoramos en unidad, se podía sentir una reverencia sincera entre la gente. Supimos que ya habíamos entrado en confianza y estábamos a la expectativa de lo que el Señor iba a hacer en los próximos días.

El sábado por la mañana nos reunimos en Branson Convention Center para confraternizar, mirar las exhibiciones y hablar sobre la nueva Tableta Ágape. La gente se dio cuenta de que esta tableta no es simplemente un iPad o un Android, sino que es una herramienta misionera especialmente diseñada que podrá cambiar la imagen de la obra misionera en todo el mundo. Muchos se sorprendieron cuando explicamos lo rápido que las traducciones pueden darle la vuelta al mundo y lo resistente que es el dispositivo. Este tiempo precioso también nos sirvió para reencontramos con viejos amigos y sentarnos a descansar y platicar en la sala que instalamos para los creyentes al final del pasillo. Todo el amor y el compañerismo del día produjeron una emoción que se prolongó hasta el servicio de la tarde.

El servicio de la noche del sábado quedará grabado en los corazones de los presentes. El Hermano Joseph nuevamente le habló a la gente, levantando la Palabra y retándolos a escucharla. Cuando la voz del Hermano Branham resonó por los altavoces, todos estábamos al borde de nuestras sillas, listos para escuchar la Palabra de Dios. ¡Y el Señor honró nuestra expectativa! Esa noche, el Espíritu Santo descendió en una forma poderosa, algunos gritaron, otros lloraron, ¡pero todos adoraron al Señor en la unidad del amor Ágape! Estábamos ansiosos por regresar el domingo por la mañana, para concluir las primeras reuniones del Recorrido Ágape.

Una llovizna caía mientras el sol se asomaba por las colinas de Branson. Antes de que la primera persona llegara a Keeter Center, las nubes dieron paso a dos hermosos arcoíris, como si dijeran: “Mis hijos, bienvenidos”. Los creyentes entraron silenciosamente al edificio y a la entrada del santuario pasaron junto a un letrero con el título del sermón La unanimidad de la unidad, el cual describe perfectamente lo que presenciamos en esa fría mañana dominical. Nuestro Padre Celestial ciertamente estaba complacido mientras observaba desde los barandales del Cielo a sus hijos cantando, llorando y adorando en unidad. Nuestro gozo se tornó en tristeza y nuestros ojos se llenaron de lágrimas cuando los creyentes salieron del edificio. El Señor Jesús verdaderamente nos concedió un tiempo maravilloso el primer fin de semana del recorrido.

Ahora mismo nos dirigimos hacia el sur, a Beaumont; pero nuestros corazones siguen con nuestros queridos amigos de Branson. Gracias por ese amor que nos demostraron. Estos recuerdos perduraran por siempre en nuestra memoria.

Pero la Iglesia ha recibido una Señal Celestial: ¡un Astronauta! ¡Amén! Jesucristo, en la forma de la Columna de Fuego; que Él estuvo en el Antiguo Testamento, que Él estuvo cuando se encontró con Saulo camino a Damasco, ¡el mismo Jesús está aquí hoy! ¿Y qué hace eso? ¿Produce temor? Produce amor, una unidad mutua. ¡Amén! Un sentimiento mutuo. Produce el Amor de Dios, ¡oh!, uniéndonos, y nos lleva a nosotros, el Cuerpo de Cristo, a unidad como Novia.

El tiempo de unión y su señal, 63-0818