Steven Bale nació en Preston, Lancashire, Reino Unido. Lo bautizaron en una iglesia católica cinco semanas después de nacer. A la edad de 34 años vendió la casa que heredó de sus abuelos difuntos por unas 75.000 libras. Por causa del dinero que ganó de la venta se descarrió en los placeres mundanos; viajó de país en país hasta que cayó en la ruina. Se convirtió en un vagabundo y empezó a buscar una vida normal. En el 2018 se mudó a Zambia, África, para reunirse con su novia, que conoció por internet. Se casaron en abril del año pasado, 2018. En Zambia se volvió a juntar con malas influencias. Antes de conocer al Señor, sus amigos zambianos pusieron licor en una bebida de fruta sin su consentimiento. Se emborrachó tanto que no podía recordar cómo regresó a su casa.
A la mañana siguiente, el 5 de marzo del 2019, Steven se puso a reflexionar sobre los eventos que marcaron su vida. Mientras caminaba, meditando al respecto, notó un cartel de Grabaciones la Voz de Dios en una calle llamada Kapumpe, que significa “águila”. Las frases de la valla le llamaron tanto la atención que entró a la oficina de VGR para investigar.
Le di la bienvenida y le expliqué el objetivo principal de Grabaciones la Voz de Dios: difundir el Evangelio del Señor Jesucristo. Entonces me preguntó: “¿Podría darle material a un alma perdida?”. Lo miré mientras pensaba en una respuesta apropiada. Steve enfatizó su petición al explicar que se sentía perdido, estresado y vacío. Por tanto, me pidió material de lectura que le infundiera esperanza. Le respondí que había venido al lugar indicado, pues cada unidad de material que hay en la oficina le brinda esperanza a un alma desamparada. Le elegí unos sermones y lo invité a regresar para que escuchara la voz de los libros que le entregué. Desde entonces, Steven visita la oficina a diario y escucha los Mensajes desde por la mañana —cuando se abre la oficina— hasta la hora en que se cierra. Lo llena de gozo que el Mensaje le haya dado esperanza y que su vida no sea la misma. Me preguntó por qué el Señor solo lo pudo encontrar después de perder todo. Lo animé al decirle que ese era el tiempo designado por el Señor.
Luego de visitar la oficina por varios días, Steve solicitó material para distribuir en las calles de Lusaka. Le proporcionamos material en el idioma local, el cual repartió con gusto en las calles y la gente lo recibió con agrado.
El Señor tiene una forma especial de llamar a sus hijos. Durante el último Tiempo a Solas que fue el mismo día del cumpleaños del profeta, el Hermano Branham, Steve Bale fue bautizado en el Nombre del Señor Jesucristo.
Steve comprendió por qué debía venir a África: para conocer al Señor. Ahora él tiene un anhelo ardiente de compartir el Mensaje con sus compatriotas de Inglaterra.
Maurice Phiri,
Oficina de Zambia