Shalom, mis amados:
Quiero testificar del amor de mi Precioso Señor Jesucristo. Así es, el Dios de este Mensaje es real. En diciembre fui al ginecólogo por motivo de un dolor que sentía y una hemorragia. Después de examinarme, me encontraron un mioma uterino. El médico me explicó que el mioma se encontraba en una zona perjudicial, pues actuaba como un anticonceptivo. Como mi esposo y yo queremos un bebé, esto no era bueno, puesto que impedía el desarrollo del embrión. Debido a su ubicación y tamaño, era imprescindible que me operaran lo antes posible. Así que programamos la cirugía para el 15 de enero del 2020.
El 9 de enero, tuve una cita con el anestesiólogo, por motivo de la cirugía para extraer el mioma. Estaba un poco desanimada, pero simplemente Le encomendé esta situación al Señor y le pedí a mi pastor que orara por mí. Los miércoles por la mañana hacemos una cadena de oración con mis hermanas. Así que el día antes de la cita, el miércoles, 8 de enero, les mencioné mi petición. En la noche, durante nuestra reunión de oración familiar, Bob, mi esposo, me dijo que no quería continuar con la operación, y yo tampoco. Entonces oramos para que el Señor Jesús (el Gran Médico) interviniera antes de la cita.
Cuando estaba orando, pensé en la historia que el Hermano Branham cuenta con respecto a una hermana que Dios mismo operó y sanó. Me identifiqué con ella y le dije a Dios que Él es el Gran Cirujano. El jueves 9 por la mañana, fui a la cita con el anestesista. Después, sentí dolor en la parte baja del abdomen (sentía como un peso en el útero), así que fui a la sala de urgencias ginecológicas. Allí la médica me examinó y me dijo: "Señora, hay algo malo en su cuello uterino”. Ella tomó unas pinzas y sacó un bulto y dijo: "Es el mioma que su cuerpo ha expulsado por sí mismo". Luego me practicó un ultrasonido y me confirmó que no había rastros del mioma.
Glorifico a nuestro Dios, pues Él responde a nuestras oraciones. Ahora sé que el mismo Dios que me sanó de este mioma, es el mismo Dios que también nos dará este año a nuestro bebé. Que Dios los bendiga ricamente.
Su hermana en Cristo,
Charleine NGOY