09/05/2018
Cartas escritas

Quizás Ud. no piense que la gente lo está observando, pero observan cada movimiento que Ud. hace. Ud. es una Biblia para mucha gente. Por tanto, debemos vigilar lo que hacemos, nuestros asuntos y todo lo que hacemos en todo nuestro caminar. Solo ríndase al Espíritu y Dios se reflejará por medio de Ud., como dije, al igual que una viña.

No fue así desde el principio (62-0630B)

Alguien siempre está observando. Nuestras vidas representan al Señor Jesús en este día, así que siempre debemos proceder como Él. Aunque quizás no lo sepan, siempre están influenciando a las personas que los rodean y su vida podría ser la única Biblia que lea la mayoría del mundo. El siguiente testimonio pertenece a dos hermanas que, además de imponerle las manos a una persona enferma que luego se recuperó, también cambiaron la atmósfera de toda una tienda.

Me deleité con la Cita del Día del viernes. La disfruto cada día, pero esta me pareció muy especial. Anteriormente, fui de compras con otra hermana a una tienda de segunda mano y oramos juntas en el carro pidiéndole al Señor que nos permitiera ser la Biblia que viera la gente y que supliera nuestras necesidades.

En la tienda sonaba rock and roll de los sesenta. Elvis Presley y Bob Dillon nos arruinaban el día. Oía a mi amiga a unos pasillos de distancia tarareando en tono alto una canción Cristiana, esforzándose para ahogar la música. Cuando me disponía a pedirle al administrador que cambiara la música, sucedió un accidente estrepitoso y alguien comenzó a gritar: “¡Christine!”.

Al salir vi a una empleada anciana abatida en el suelo. Tenía los ojos en blanco y no respiraba bien. De inmediato le impuse las manos y empecé a orar por ella. Sentí que la otra hermana también colocó sus manos sobre la señora. Mientras esperábamos la ambulancia, mantuvimos nuestras manos sobre ella y poco a poco recobró el conocimiento. Estoy capacitada como enfermera certificada, pero llevo tiempo sin trabajar activamente. No pensé en mi entrenamiento; sencillamente quería seguir imponiéndole las manos, recordando lo que dice la Escritura sobre la imposición de manos.

Cuando se despertó y estuvo lúcida, hablamos con ella y las otras empleadas de que Dios la cuidó. Reconoció que el Señor estuvo presente. Me fijé en que habían quitado la música en la tienda. Cuando retomamos nuestras compras, colocaron música de una emisora Cristiana. Se oyó una canción sobre Jesús. Aunque no era nuestro tipo de música Cristiana, sabía que fuimos la Biblia a la que se refirió el Hermano Branham en la cita.

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