18/05/2020
Artículos archivados: Finlandia parte 8

La siguiente es la octava parte de nuestra serie de la publicación de 1950 HYVÄ SANOMA (Las Buenas Nuevas), escrita originalmente en finlandés y traducida al inglés.

Tengan en cuenta que este es un resumen que hizo el autor sobre el sermón del Hermano Branham, por lo que no debe considerarse como una transcripción textual. Las notas del autor se tradujeron al finlandés y ahora se tradujeron del finlandés al inglés.

Un saludo

a todos mis compañeros creyentes de Finlandia

El 7 de mayo de 1946, mientras estaba en oración, esperando a Dios en silencio, el Ángel del Señor se me apareció. Me dijo que debía ir a las naciones del mundo, pues recibiría el don de sanidad. El Ángel dijo que si era sincero y lograba que la gente me creyera, y respetaba a Dios, entonces nada podría oponerse a mis oraciones. Pero debido a lo insignificante que soy, lo dudé. Gracias a la ayuda de Dios y Su misericordia, seguí adelante. Dejé a mi iglesia y mi familia, viajé por América de una ciudad a otra, y en todas partes, se reunieron grandes multitudes. Parecía que se revivieran los días de la Biblia. Sanaron muchas personas que los médicos habían declarado incurables. Esto pareció sacudir a las iglesias y despertarlas de su somnolencia y su estado de atadura. Cuando la fe revivió, vi otro milagro. Vi el cuerpo de Cristo, la iglesia, unirse y recuperarse. En la iglesia comenzó a aparecer, de manera incomparable, ¡el amor! (1 Corintios 13). Agradecemos humildemente a nuestro Padre Celestial por esto, Quien es la única fuente del Amor divino.

Pronto empecé a recibir invitaciones de otras partes del mundo, también de Finlandia; Dios puso una carga en mi corazón por este país. Entonces Dios abrió un camino por medio del Hermano Manninen, a quien conocimos en América. Al parecer vino a darme personalmente la invitación de visitar su país. Que Dios bendiga a nuestro querido hermano y a su magnífica gente por la amabilidad con que me han tratado a mí y a mi equipo. Quiero mencionar que no tenemos ningún pensamiento sectario, sino que los apreciamos a todos y trabajamos con los que siguen creyendo las verdades sobrenaturales de la Biblia en nuestro día. He aprendido a amar a la gente valiente de la pequeña Finlandia. Han tenido que soportar muchas aflicciones. Pero sus creyentes son de gran valor a los ojos del Maestro. Por último, deseamos y oramos para que la pequeña misión que ahora completamos y terminamos, con la ayuda de Dios, le dé a Su iglesia la plena posesión de todos Sus dones (fe, amor, etc.) y lleve el ministerio de la iglesia primitiva a su posición original. Y que la gran reforma que comenzó con la influencia del gran reformador, Martín Lutero, y otros, lleve a su posición original el ministerio de los ángeles, la sanidad divina, etc., que tan desesperadamente necesitamos.

Y ahora me despido, y como Pablo, los dejo con Dios, que es poderoso para mantenerlos en Su Reino Celestial y darles la corona de vida incorruptible. Y Dios, que con Su poder sobrenatural ha visitado América —a sus iglesias y universidades, a sus predicadores—, que también haga una visita a Finlandia, y ¡que perdure hasta que venga el Maestro!

WILLIAM BRANHAM

Imagen de la derecha: Una fotografía de Branham detrás de la plataforma en el Messuhalli, antes que se presentara ante la congregación de miles de personas.

Declaraciones de los sacerdotes de Helsinki con respecto a las obras de Branham en la reunión de sacerdotes del 9 de mayo:

Reverendo M Alaja:

"Todos debimos ir a escuchar a Branham y aprender".

Reverendo V. Viro:

"Deberíamos haberle dado a Branham la oportunidad de presentarse en nuestra iglesia".

Reverendo O. Päivänsalo:

"La presencia de Branham ha reducido el valor de la Biblia".

Dean J. Valtasaari:

"No esperaba que un sacerdote de Helsinki declarara que debíamos dejar que Branham se presentara en nuestra iglesia. Jesús lo habría expulsado con un látigo".

Artículo de la parte superior izquierda

LOS MÉDICOS DE OSLO obstaculizan el ministerio de Branham

Se levantó una ola de protestas contra la policía de Oslo, por obstaculizar las reuniones del reverendo Branham. Un líder de otra denominación comentó que todos los Cristianos de Noruega, junto con la iglesia Filadelfia de Oslo, quieren oponerse a tal opresión contra la religión.

Pero no solo están de acuerdo las denominaciones libres, la iglesia del estado de Noruega también defiende fuertemente estos servicios de sanidad. El vicario Christie Akerhus le hizo esta pregunta al ministro de justicia: “La prohibición de las reuniones de Branham, ¿no está en contra de la libertad de religión de Noruega?”.

Por primera vez, los periódicos de derecha publicaron artículos en los que defendían los servicios de sanidad. Uno de los clérigos de la Iglesia del Estado, Filip Rönneberg,

escribió un artículo único y profundo sobre cómo toda la doctrina luterana de Noruega y la Iglesia del Estado defienden la sanidad por medio de la oración y la unción con aceite, tanto en público como en privado. Este artículo se publicó en el periódico más importante del país, Aftenpost, y ha generado un interés extraordinario.

Se siente la tensión en el ambiente, puesto que el asunto ha recibido mucha publicidad. La autoridad responsable de esto se niega a dar una declaración pública, pero los ciudadanos corrientes de Oslo consideran que las reuniones de Branham deben llevarse a cabo con libertad.

Esperaban con grandes expectativas la llegada del reverendo Branham a Noruega. Tanto las personas saludables como las enfermas vinieron de todas partes de Noruega, y también de Suecia y Dinamarca. Cuando anunciaron en la radio que el reverendo Branham no tenía permitido orar por los enfermos, su decepción fue tan alta como sus expectativas. La junta de medicina anunció que esa actividad es ilegal. Después la declaración fue confirmada por la policía.

Los que esperaban en la extensa fila afuera de la iglesia de Filadelfia, expresaron su pesar por la intervención y no escatimaron en críticas. Mucho antes de que empezara la reunión, la gran iglesia estaba llena. El reverendo Baxter predicó un sermón serio y exhortador sobre las manifestaciones sobrenaturales en el Cristianismo, y mencionó que solía pensar que los fenómenos sobrenaturales que aparece en la Biblia eran solo simbólicos. Pero después de conocer a Branham por primera vez, comenzó a leer su Biblia como un Cristiano debería leer la santa Palabra de Dios.

Luego vino el reverendo Branham acompañado por su hermano. Todos los ojos estaban fijos en este instrumento del Señor cuando llegó a predicar humilde y modestamente. Entendimos que ante nosotros se encontraba un testigo del Señor, cuyos poderes fueron dados para servicio del Maestro. Solo los que estaban más cerca de la plataforma alcanzaban a oír su voz.

Dijo: "Me duele, que no pueda orar a Dios por los enfermos, ahora que he venido a servirlos. Pero entiendo que las autoridades de Noruega están en contra de esto y me someto a la ley de noruega, así como se debe hacer si uno está en América. No creo que la policía esté en contra de que se haga una oración por todos ustedes". El reverendo Branham exhortó a la congregación a poner la mano izquierda en su corazón y orar al Señor por la sanidad. La mayoría de la gente seguía sus palabras, y podíamos ver y oír a la gente necesitada orando devotamente a Dios para que les ayudara. Los pastores americanos causaron una excelente impresión en todos los que estaban presentes. Todos pensaban lo mismo: estos fueron enviados por Dios.

Después del discurso de Branham, el reverendo Baxter pasó adelante para hablar especialmente a los que no eran salvos. Un grupo grande de mujeres y hombres tomaron la decisión de seguir a Dios al ponerse de pie, mientras él oraba a Dios por todos.

Durante las reuniones de Branham aquí en Finlandia, el diputado dejó una pregunta sin responder, pero, el contenido era lo contrario. ¡La persona interesada estaba en contra de estas reuniones y deseaba que el gobierno las rechazara! Como ocurrió en noruega, ¡así también pasó en Finlandia!

El lunes de la próxima semana, publicaremos la conclusión de nuestra serie, que incluye la opinión del Hermano Kunnas sobre las reuniones.