Hoy se cumplen 109 años del nacimiento del Hermano William Marrion Branham en esa cabaña de troncos, en lo alto de las montañas del sur de Kentucky. Parece que cada vez que publicamos un artículo en conmemoración de su cumpleaños, recibimos correos de críticos que opinan que exaltamos mucho a un hombre o que él no fue el profeta como pensamos. A los críticos sencillamente les disgusta que siquiera mencionemos su nombre y en el gran modelo del mundo no consideran en absoluto que este día podría acreditarse como especial.
- ¿Contaría como un día especial si la mismísima Columna de Fuego que se apareció en la zarza ardiente y reposó sobre los discípulos en el día de Pentecostés se mostrara nuevamente tras 2000 años?
- ¿Contaría como un día especial por el nacimiento de un profeta?
- ¿Contaría como un día especial si el nacimiento de ese profeta desencadenara una serie de eventos que cambiaran el mundo religioso?
- ¿Contaría como un día especial si el hombre que nació en tal día mostrara la señal del Mesías por primera vez desde la muerte de los apóstoles?
- ¿Contaría como un día especial si el Señor Jesús, por medio de ese hombre, nos demostrara que Él es el mismo ayer, hoy y por los siglos?
- ¿Contaría como un día especial si millares de personas recibieran sanidad durante su ministerio y millones después de que el Señor lo llevara a Casa?
- ¿Contaría como un día especial si ese ministerio iniciara un avivamiento de sanidad que se extendiera por el mundo?
- ¿Contaría como un día especial si naciera un hombre al que un día amarían tres millones de personas en todo el mundo?
- ¿Contaría como un día especial si la voz de ese hombre a diario le infundiera ánimos a la gente en cada país de la tierra?
¿Qué si esto jamás hubiera sucedido aquel día en las montañas del sur de Kentucky? ¿Dónde estaríamos? Estaríamos en el mismo lugar de los que nos critican por conmemorar el nacimiento y la vida de uno de los profetas más poderosos que pasaron por la tierra.
¿Es este un día especial?