20/04/2017
A Él lo hiciste

40 Y respondiendo el Rey, les dirá: De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis.

Mateo 25:40

Cada año, cuando la primavera empieza a florecer aquí en el valle Ohio, recibimos la visita de un grupo de amigos especiales. Lo que empezó hace diecisiete años con unos pocos hermanos ahora se ha transformado en un pequeño ejército de trabajadores, listos y dispuestos en cuanto llegan a Jeffersonville.

Vienen de siete estados y recorren más de 1300 kilómetros para aportar a Su servicio. El fin de semana comienza el jueves por la noche para muchos de los hermanos, quienes emprenden la ardua jornada de toda la noche en cuanto terminan de trabajar, a fin de llegar a tiempo para ocupar dos días en las labores que se requieran. Es un fin de semana dedicado a dejar impecables los terrenos de VGR y Still Waters. Este fue su horario:

Viernes:

El viernes comenzó con una bienvenida y un desayuno de primera clase que prepararon algunas familias locales en la cafetería de VGR. Luego se dirigieron a Still Waters, donde el equipo se dispuso a trabajar. ¿Cuáles eran las labores que les esperaban a estos fieles hermanos?

  • Esparcir mantillo alrededor de las estructuras, bermas y distintas zonas de la propiedad.
  • Colocar a mano fragmentos de pizarra de más de 22 kilogramos alrededor de los desagües. 
  • Aserrar árboles muertos y recoger un sinnúmero de ramas caídas.
  • Remover troncos y césped muerto, y sembrar espacios pelados.
  • Traer toneladas (literalmente) de tierra vegetal.
  • Recoger las hojas caídas alrededor del lago.
  • Limpiar los desagües.

Sábado:

El sábado por la mañana el equipo se congregó en el edificio de VGR, a las 7:00 a. m., para empezar el día con una hora muy especial: Tiempo a Solas con el Señor Jesús. Al concluir el Tiempo a Solas, todos se reunieron en la cafetería de VGR para desayunar rápidamente y luego salieron para encargarse de la propiedad de VGR.

  • Lavar con hidrolimpiadora el muelle trasero y la entrada.
  • Valiéndose de una plataforma elevadora, limpiar las zonas altas del edificio.
  • Limpiar las superficies traseras del edificio.
  • Colocar más fragmentos de pizarra en el lago.
  • Recoger cientos de tallos, ramas y residuos.
  • Esparcir toneladas y toneladas de gravilla y mantillo alrededor de la propiedad.

Al acabarse el fin de semana, sus cuerpos estaban cansados y sus músculos doloridos, con el tiempo exacto para emprender el viaje de 10 horas o más de regreso a casa. Pero cada rostro reflejaba una sonrisa y cada corazón estaba dispuesto a hacer lo que pudiera en favor de la gran Máquina de Dios. ¿Por qué estos hermanos asumirían tal esfuerzo de ofrecer su tiempo? Por amor. Amor por el Señor Jesús, Su Palabra y por ustedes, Su Novia.