29/04/2019
Las tormentas de la vida

El profeta Isaías nos dijo: “porque vendrá el enemigo como río, mas el Espíritu de Jehová levantará bandera contra él”. No hay mejor bandera contra el enemigo que las promesas de Dios. Esperamos que las siguientes Escrituras y el siguiente testimonio les infunda ánimo el día de hoy.

Jehová peleará por vosotros, y vosotros estaréis tranquilos.

Éxodo 14:14


10 No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia.

Isaías 41:10


10 Estad quietos, y conoced que yo soy Dios; Seré exaltado entre las naciones; enaltecido seré en la tierra.

Salmos 46:10


6 Reconócelo en todos tus caminos, Y él enderezará tus veredas.

Proverbios 3:6


33 Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo.

Juan 16:33


8 Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad.

Filipenses 4:8


4 Hijitos, vosotros sois de Dios, y los habéis vencido; porque mayor es el que está en vosotros, que el que está en el mundo.

I Juan 4:4


7 Echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros.

I Pedro 5:7

Saludos, hermanos y hermanas en Cristo:

Escribo este testimonio porque quiero compartir lo que el Señor ha hecho por mí. En los últimos meses, sentí que estaba sufriendo una crisis nerviosa.

No tengo otra forma de describirlo. En enero envié una petición de oración por mi ansiedad y creí que el Señor me liberaría. El sufrimiento continuó, pero me mantuve orando para que el Señor me librara; el miedo y la ansiedad eran agobiantes.

Tenía días buenos y otros no tan buenos. Me sobrevenían pensamientos que no deseaba. Sabía que el Señor no me había dado espíritu de cobardía, sino de amor y de dominio propio.

Un día estaba orando y Satanás me estaba atacando, pero no me detuve. Como dijo el Hermano Branham, la batalla más grande se libra en su mente. Sentí que no aguantaba más y oré en el Nombre del Señor Jesucristo para que esos espíritus me dejaran. ¡Y así OCURRIÓ! ¡Gloria a Dios, estoy sana! Amigos, no permitan que el diablo les robe su gozo. El gozo del Señor es nuestra fortaleza.

Aférrense de este Mensaje. Aférrense de la Palabra de Dios. Él los librará en Su tiempo perfecto. Solo quiero animarlos, no importa cuál sea su batalla o si se encuentra tan oscura que piensan que no soportaran otro día. En ese momento, el Señor nos rescata.

Alabado sea el Nombre del Señor, ¡Él siempre cumple Sus promesas! Espero que esto les infunda ánimo.

Su hermana en Cristo,

Sarah

Estados Unidos