Saludos, hermanos y hermanas en Cristo:
Escribo este testimonio porque quiero compartir lo que el Señor ha hecho por mí. En los últimos meses, sentí que estaba sufriendo una crisis nerviosa.
No tengo otra forma de describirlo. En enero envié una petición de oración por mi ansiedad y creí que el Señor me liberaría. El sufrimiento continuó, pero me mantuve orando para que el Señor me librara; el miedo y la ansiedad eran agobiantes.
Tenía días buenos y otros no tan buenos. Me sobrevenían pensamientos que no deseaba. Sabía que el Señor no me había dado espíritu de cobardía, sino de amor y de dominio propio.
Un día estaba orando y Satanás me estaba atacando, pero no me detuve. Como dijo el Hermano Branham, la batalla más grande se libra en su mente. Sentí que no aguantaba más y oré en el Nombre del Señor Jesucristo para que esos espíritus me dejaran. ¡Y así OCURRIÓ! ¡Gloria a Dios, estoy sana! Amigos, no permitan que el diablo les robe su gozo. El gozo del Señor es nuestra fortaleza.
Aférrense de este Mensaje. Aférrense de la Palabra de Dios. Él los librará en Su tiempo perfecto. Solo quiero animarlos, no importa cuál sea su batalla o si se encuentra tan oscura que piensan que no soportaran otro día. En ese momento, el Señor nos rescata.
Alabado sea el Nombre del Señor, ¡Él siempre cumple Sus promesas! Espero que esto les infunda ánimo.
Su hermana en Cristo,
Sarah
Estados Unidos