Me gustaría compartirles un testimonio:
El Hermano William Branham habla en el Mensaje sobre encaminar al hijo por la senda correcta porque él aun podrá apartarse del Mensaje, pero el Mensaje nunca se apartará de él.
Tenía graves problemas con los juegos. Pasaba todo el día distraído con videojuegos en el celular o el computador. Cada miércoles y domingo, mi madre me invitaba a la iglesia y yo respondía: “Hoy no, mamá”. Siempre le contestaba así, hasta que un día un hermano de la iglesia visitó nuestra casa y pidió ayuda en unas restauraciones de la iglesia. Me ofrecí, pero en el fondo ya pensaba que no me quedaba salvación y que ya había cruzado la línea divisoria.
Tras llegar a la iglesia, el hermano y yo hablamos más de lo que trabajamos. Sabía que algo en mi interior se lastimaba cada vez que jugaba. El 29 de diciembre del 2016 (mi cumpleaños), mientras trabajábamos, el pastor vino a la iglesia para desearme feliz cumpleaños y me preguntó: “¿Viste la cita de hoy?”. Le respondí que no.
Sacó su celular y reprodujo la cita del Hermano Branham:
“Permítame decirle esto a Ud., amigo pecador. Quizás Ud. esta aquí en esta mañana como una prostituta, Ud. puede estar aquí en esta mañana como un mujeriego, Ud. puede ser un borracho o un jugador o un asesino. Ud. pueda que este aquí como un esposo infiel o una esposa infiel. Ud. puede ser el más vil pecador y dirá: ‘Estoy más allá de la redención’. NO, NO ES ASÍ; DE OTRA MANERA NO ESTARÍA EN LA IGLESIA ESTA MAÑANA”.
¡Oh, vaya! ¡Era lo que yo necesitaba! No quería lastimar a Jesús ya más. Andaba sumido en los juegos, pensando que ya había cruzado la línea divisoria, pero el deseo por los juegos se desvaneció.
Después de eso, nunca he sido el mismo. Escucho el Mensaje constantemente, todos los días. Ahora mi vida es una bendición. Es un detallito insignificante, pero para mí fue algo muy significativo que Dios obró en mi vida.
Dios los bendiga,
Un hermano de Brasil