08/06/2020
Su gloria

28 Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.

Romanos 8:28

Dios me ha bendecido con cuatro hijos hermosos, dos niños y dos niñas. Se los entregué al Señor; pero a las niñas, en particular, dije que nunca les cortaría el cabello y hasta hoy he cumplido la promesa que le hice a Dios. 

El jueves, 30 de abril del 2020, mi hija mayor, Ana Julia, estaba peinando su cabello y, en segundos, el cepillo se enredó en su cabello como nunca le había pasado. Nos desesperamos y ella comenzó a llorar. En ese momento, le envié un mensaje a mi esposo y le pedí que orara por nosotras. Nos respondió que oraría y que también oráramos.

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En nuestra casa tenemos una fotografía enorme del Hermano Branham con la Columna de Fuego y del Señor Jesucristo. Nos arrodillamos junto a la fotografía y empezamos a orar. Estábamos desesperadas, pues no sabía cómo desenredar el cepillo del cabello de Ana sin hacerle daño. Después de la oración, sentimos una paz interior que solo el Señor puede infundir.

Entonces tomé un peine pequeño y suavemente mencioné el nombre del Señor Jesucristo y dije: "Este cabello es para el honor y la gloria del Señor Jesucristo". Al escucharme, mi hija dijo: "Amén".

15 Por el contrario, a la mujer dejarse crecer el cabello le es honroso; porque en lugar de velo le es dado el cabello.

1 Corintios 11:15

Fue asombrosa la forma en que ese cepillo se desenredó de su cabello. Estábamos impresionadas y gozosas de presenciar un milagro ante nuestros ojos.

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El sábado siguiente, fue el servicio en casa de La Señal y, al final del servicio, nuestra hija Ana Julia nos comentó llorando que la semana anterior Le había pedido al Señor una señal, para que Dios le confirmara si ella tenía un pequeño lugar junto a Él. No nos había contado nada y después de que el cepillo se desenredó de su cabello, se dio cuenta de que el Señor había respondido su pregunta y esto era una señal de que el Señor estaba con ella.

A los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien.

La Hermana Regiane Santos y su familia.