23/05/2016
Necesidades

28 Y por el vestido, ¿por qué os afanáis? Considerad los lirios del campo, cómo crecen: no trabajan ni hilan;

29 pero os digo, que ni aun Salomón con toda su gloria se vistió así como uno de ellos.

30 Y si la hierba del campo que hoy es, y mañana se echa en el horno, Dios la viste así, ¿no hará mucho más a vosotros, hombres de poca fe?

31 No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos?

32 Porque los gentiles buscan todas estas cosas; pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas.

33 Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.

34 Así que, no os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su afán. Basta a cada día su propio mal.

Mateo 6:28-34

¿Cuántos han pasado por esta situación familiar? Necesitamos algo, pero no hay suficiente dinero en el banco para costearlo. La Palabra nos enseña: “Vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas”; por tanto, lo único que tenemos que hacer es encomendárselo, confiando en que recibiremos exactamente lo que necesitamos.

Mientras leen este testimonio, piensen en lo que necesitan y luego encomiéndenselo al Todopoderoso. Seguramente se llevarán una sorpresa al darse cuenta de lo dispuesto que Él está para responder.

Este fin de semana, aprendí una verdadera lección de estas Escrituras. ¡El Señor me demostró que Él suplirá todas mis necesidades! Hace unos meses, me lastimé la espalda y me remitieron al quiropráctico. Durante la sesión, el médico me preguntó cuánto tiempo llevaba con mi colchón. Dormía en un colchón de segunda mano que me habían regalado hacía cinco años. Con mi esposa intentamos conseguir uno, pero no disponíamos del dinero para comprar el que nos gustaba. Decidimos encomendárselo al Señor y esperar.

El último mes, me enfermé mucho. Empecé a sufrir de una bronquitis muy fuerte de la que no podía recuperarme. Eventualmente, noté que mejoraba cuando estaba en el trabajo, pero recaía cuando regresaba a casa. Todo se redujo al sofá. Siempre que me sentaba en este o siquiera me acercaba me empezaba un ataque de tos. Al final descubrí que había un enorme nido de ratón dentro del brazo del sofá. Nos deshicimos de los ratones, pero fue imposible salvar el sofá. Tuvimos que arrojarlo a la basura.

Durante un mes, nos las arreglamos sin el sofá y buscamos otro que pudiéramos pagar; pero todos se salían de nuestro presupuesto. Finalmente decidimos que teníamos que conseguir uno, así que visitamos todos los almacenes que conocíamos, pero ni siquiera podíamos pagar el sofá más barato. En el último almacén que visitamos había un sofá muy bonito a un precio bastante asequible. Estaba disponible en ocho colores y mi esposa eligió el color que quería.

Antes de comprarlo, mi esposa le preguntó a la vendedora si tenían productos en liquidación. Cuando entramos a la sala de liquidaciones, nos encontramos con el mismo sofá que habíamos elegido ¡y del mismo color que escogió mi esposa! Este costaba menos de la mitad ¡y además ese día estaban ofreciendo un descuento que rebajaba otro cuarenta por ciento! ¡Compramos el sofá nuevo por casi un quinto del precio normal! Cuando entramos, la vendedora dijo: “Oh, ni siquiera sabía que estaba allí…”.

Después de que ella salió para empezar los tramites de la compra, vi un colchón que sobresalía detrás de otros muebles. Era el mismo modelo que nos había gustado a mi esposa y a mí hacía unos meses ¡y también tenía el cuarenta por ciento de descuento! ¡La suma del precio de ambos artículos era menor que el del sofá más barato que encontramos en un mes de búsqueda! ¡Verdaderamente nuestro Padre conoce todas nuestras necesidades y provee todo lo que lleguemos a necesitar!

Ahora, ¿entienden lo que quiero decir? ¿Ven? Debemos hacer todo por fe. Crean en el Señor. Crean en el Señor para conseguir un trabajo. Crean en el Señor para encontrar la… les dé la esposa que necesitan. Crean en el Señor para que les dé el esposo con el que deberían casarse. Crean en el Señor para que les mande muebles nuevos. O, si la—si la tinaja se vacía y la vasija se seca, y no hay comida, y los niños están hambrientos, crean en el Señor.

Tu casa, 61-0808