15/06/2020
Yo lo presencié

De vez en cuando, recibimos un tesoro especial de los hermanos y hermanas que asistieron a las reuniones del Hermano Branham. El siguiente lo enviaron a la sección de comentarios de uno de los últimos artículos de Finlandia que se publicaron en este sitio web.

En 1958, en Pittsfield, Massachusetts, nuestro primo nos envió un anuncio de media página que tenía dos fotografías del Hermano Branham. En un lado de la hoja, estaba con una Biblia en la mano y señalaban que era un evangelista famoso; y, en la otra imagen, estaba con una pistola y un caribú y lo llamaban un cazador famoso. Anunciaban que predicaría dos noches en el auditorio de la escuela secundaria.

 De la zona norte del estado de Nueva York, viajamos en cuatro autos para ir a escucharlo. Mi hermana, mi cuñado y yo, nos sentamos en el balcón, pues había mucha gente.

¡Fue maravilloso! Después del mensaje él organizó una línea de oración. Eso fue maravilloso; vi a muchos que habían sanado y alababan al Señor. Un joven alto y delgado se presentó ante el Hermano Branham, quien le dijo que estaba muy nervioso y que era un joven predicador, y le anunció que estaba sano. Este joven corrió con los brazos en alto gritando por el pasillo.

 Vi muchas otras sanidades maravillosas. Llegué muy tarde a casa; pero, a la mañana siguiente, pedí un montón de cintas de carrete. No pude conseguir suficientes. Luego se pasaron a los casetes, así que los ordené. Luego a los CD. Aún tengo cajas de los libros individuales de la Palabra Hablada. Tuve que mudarme de mi casa en el estado de Nueva York a un apartamento pequeño, para estar cerca de mi hija en Connecticut.

 No puedo agradecerle lo suficiente a Dios por la Revelación de Dios hablando por medio de Su Profeta. Pensar en que el Gran YO SOY abrió mis ojos, aún me hace llorar. Padecí enfermedades físicas y no sé por qué, pero Dios me tomó de la mano y ahora estoy aquí, con 91 años y esperando que el Rapto venga pronto.

 Al ver la condición del mundo en este momento, sé que no tardaremos mucho en ser raptados a la dimensión superior. Dedico tiempo a orar por la gente.

Hulda Robertson

Connecticut