Escuchen, aquí hay algo hermoso, al servirse el uno al otro, están sirviendo a Dios. ¿Ven? El amor de Dios está en cada corazón Cristiano. Y sean amables entre ustedes. Perdónense el uno al otro. Si no ven las Escrituras de la misma manera, pues, crean de todas formas y—y oren por la otra persona y solo ámense el uno al otro. Verán que en el mundo no existe una mayor evidencia de que alguien es un Cristiano que el amor. 

Pero con la promesa Divina que este Libro de Redención será abierto perfectamente por el Cordero, y los Sellos del mismo serán desatados por el Cordero, en los últimos días, en los cuales estamos viviendo.

Le doy gracias a Él por Jesucristo. Porque si no lo hubiera enviado a Él para ser la–la propiciación por nuestros pecados, todos estaríamos en un gran lodazal de pecado, sin ninguna esperanza. Pero por Su gracia, Su-Su Sangre limpia todo pecado. Igual como fue con la gotita de tinta en la tina de cloro, jamás se puede hallar la tinta. Cuando nuestros pecados son confesados, son echados en la Sangre de Jesucristo, y jamás serán recordados. Dios se olvida de ellos; nunca fueron cometidos. Y mientras esté presente allí ese Sacrificio, como expiación por nosotros, entonces eso es todo. Eso es, ¿ven? Ya no somos pecadores, sino Cristianos, por la gracia de Dios. Recuerden, quizás en nosotros mismos estaríamos tan malos a como siempre fuimos. Pero vean, la gracia de Dios ha aparecido a nosotros, y eso es lo que nos ha hecho lo que somos hoy, hermanos y hermanas, Cristianos.

Hoy estaba hablando con mi buen amigo, el Doctor Lee Vayle, quien está presente ahora. Y él es todo un teólogo, y así que normalmente tenemos algunas—tenemos algunas discusiones muy buenas sobre las Escrituras. Muy inteligente. Y una vez él me preguntó qué pensaba yo acerca de la evidencia inicial del Espíritu Santo: “¿Era hablar en lenguas?” Eso fue hace muchos años. Yo dije: “No; no puedo ver eso”. Él dijo: “Ni yo”, dijo, “aunque se me ha enseñado eso”. Él dijo: “¿Qué pensaría Ud. que sería una evidencia?” Yo dije: “La evidencia más perfecta en la que puedo pensar es amor”. Y así que estuvimos hablando sobre eso. Y entonces yo pensé que sonaba bastante bien así que yo sólo retuve eso: “Si un hombre tiene amor”. Pero un día el Señor, en una visión, me corrigió. Y Él dijo, que: “La evidencia del Espíritu eran aquellos que podían recibir la Palabra”, ni amor, ni hablar en lenguas, pero es recibir la Palabra.

Ahora, esto está escrito misteriosamente porque ningún hombre en ninguna parte conoce esto. Únicamente Dios, Jesucristo. ¿Ven? Ahora, pero es...Es un Libro, un Libro misterioso. Es el Libro de Redención. Entraremos en eso más adelante. Y ahora sabemos que este Libro de Redención no será enteramente entendido; ha sido indagado a través de seis edades de la iglesia. Pero en el fin, cuando el séptimo ángel comience a proclamar su misterio, él entonces junta todos los cabos sueltos que los demás intentaron indagar. Y los misterios bajan de parte de Dios, como la Palabra de Dios, y revelan la revelación entera de Dios, entonces la Deidad y todo lo demás queda arreglado. Todos los misterios, como la simiente de la serpiente y todos los demás, deben ser revelados.

Sí, el Espíritu Santo usa a estas personas como es determinado por Su propia sabiduría Divina. Pero lo primero... ¿Ahora qué? Permítanme darles aquí un pequeño enigma un momento. Yo diría: “¿Cuántos tienen el Espíritu Santo?” Todos Uds. levantarían sus manos. Yo diría: “Muy bien, veré si Uds. lo tienen”. La Biblia dice que aquellos que tenían el Espíritu Santo gemían y clamaban día y noche por las abominaciones hechas en la ciudad. Ahora, ¿cuántas manos se levantarían?

Ahora, los misterios del Libro son revelados cuando los Sellos son abiertos. Y cuando los Sellos son abiertos completamente, entonces el tiempo de la redención cesa; porque el Cordero deja el lugar de intercesión para salir a reclamar lo Suyo. Entre eso Él era el Mediador. Pero cuando ocurre la verdadera revelación acerca de los Sellos, a medida que se empiezan a abrir, el Cordero está saliendo del santuario. Eso es conforme a la Palabra. Lo leímos anoche. El vino de—de en medio y tomó el Libro, entonces ya no es Mediador. Pues aún ellos lo llamaron el León, y eso es-eso es el Rey; y entonces Él no es Mediador.

Ahora, ahora, ¿han notado? En la apertura de este Séptimo Sello, también consiste de un misterio triple. Este, yo he... hablaré y he hablado de que es el misterio de los Siete Truenos. Los Siete Truenos en el Cielo abrirán este misterio. Será justamente en la Venida de Cristo, porque Cristo dijo que nadie sabía cuándo Él volvería.

Y este Libro con los Siete Sellos, recuerden, estaba cerrado aquí en Apocalipsis capítulo 5, y luego en Apocalipsis el capítulo 10 está abierto. Y ahora vamos a ver qué dice el Libro acerca de cómo es que llegó a estar abierto. Y no es dado a conocer hasta que el Cordero toma el Libro y rompe los Sellos y abre el Libro. ¿Ven? El Cordero tiene que tomar el Libro.

Así que están en el estante, y los libros y la fotografía… La fotografía en realidad no es de mí. Es… Uds. no la compren por mí, pues está—hasta cambia mis expresiones y todo. Alguien dijo: “Hermano Branham, ni siquiera se parece a usted”. Deje que esté así de cerca a usted y verá su expresión y lo diferente que lo hará a usted.

En el Milenio, estaremos bajo la fiesta de los tabernáculos, de nuevo, en el séptimo día. Pero, luego, después del séptimo día, tenemos una Santa Convocación, regresamos a lo Eterno. ¿Cómo? Por el Eterno que vino y nos redimió y nos llevó de regreso, permitiéndonos reconocer que nosotros formábamos parte de Esto. ¿Ahora cómo saben Uds. que forman parte? Debido, a que, la Palabra de la hora, la promesa del día. ¿Qué es? Una restauración de regreso al primer día, al primero. “Y él restaurará los corazones de los hijos de regreso a los padres”, trayendo una restauración de nuevo del genuino pentecostal, no sensaciones; y manifestará la Luz del atardecer, el mismo Hijo [En inglés, las palabras “sol” e “hijo” se escriben casi igual y se pronuncian igual.—Traductor] que se mostró en la Luz de la mañana, como fue prometido para el día. ¡Amén y amén!

Y cuando los Sellos sean abiertos, y el misterio sea revelado, entonces baja el Ángel, el Mensajero, Cristo, colocando un pie sobre la tierra y el otro sobre el mar, con un arco iris sobre Su cabeza. Ahora recuerden, este séptimo ángel está sobre la tierra en el tiempo de esta Venida. Así como Juan estaba dando su mensaje, al mismo tiempo vino el Mesías en aquellos días. Juan sabía que le vería, porque él lo iba a presentar.

Ahora, tenemos en la terminación, aquí ahora, por la gracia de Dios, todos los misterios de los seis Sellos que han estado sellados, y sabemos y entendemos aquí que el Séptimo Sello no será dado a conocer al público.