29/06/2018
Perseverancia

5 Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados.

Isaías 53:5 

La depresión, la ansiedad y, especialmente, el nerviosismo, se encuentran entre las tácticas que más usa el enemigo para atacar a los hijos de Dios. La vida de esta hermana estaba subyugada por el enemigo. Los médicos no podían ayudarla y su fe fue probada durante más de dos años. Fue un largo retorno, pero ella halló en el libro de Isaías una vía de escape muy conocida. Este es su testimonio:

Quiero compartir mi testimonio con la Novia de Jesucristo. Siempre me repetía que cuando me recuperara compartiría el testimonio de cómo me sanó el Señor.

Durante dos años y medio, padecí de problemas hormonales, depresión y pérdida de peso. Empeoró tanto que ya no podía encargarme de nada. Ya no era capaz de cumplir con mis deberes diarios, ni siquiera de ir a la tienda. Solo quería dormir todo el tiempo y además sufría de fatiga crónica.

Acudí a varios doctores, pero nada de lo que me recetaron me ayudó ni me alivió. Oraba al Señor día y noche por mi sanidad, pues sabía que Él era el único que podía librarme de esa enfermedad. Isaías 53:5 se volvió mi salvavidas.

Tardó más de dos años, pero al final recibí sanidad. No sé cómo sucedió, pero cada día me sentía mejor, hasta que me di cuenta de que todos mis síntomas habían desaparecido. Ahora estoy llena de energía y puedo trabajar todo el día; sin embargo, lo más importante es que el gozo del Señor regresó a mi vida. No puedo agradecerle a Él lo suficiente por lo que hizo por mí. Un milagro ocurrió en mi vida y solo ÉL es digno de toda la gloria, alabanza y honor.

Gracias a Dios por el Mensaje de la hora y el Profeta de Dios, quien tenía el don de sanidad divina para el pueblo. La unción sigue en las cintas y en los mensajes que predicó el Hermano Branham. Solo creed, todo es posible.

Dios los bendiga,

Bárbara

Sudáfrica. 

Ahora, la fe agarra la espada y la maneja. Quizás Ud. no sea lo suficientemente fuerte con ese brazo de fe, para cortar un hueco grande, y pasar como hacen algunos. Pero siga luchando, sí llegará. Manténgase firme.

Perseverante (64-0619)