Tengo un simple testimonio de algo que sucedió recientemente. Estaba en la cocina haciendo la limpieza diaria y empecé a oír golpecitos en la puerta de vidrio de mi casa.
Pensé que era el viento (pues se había pronosticado mal tiempo para ese día) agitando las campanas de bambú y sacudiendo la puerta. Siguió ocurriendo, quizás cada minuto o dos.
Entonces decidí echar un vistazo, abrí las cortinas y vi un pequeño petirrojo en el poste afuera.
Pensé: “Oh, qué tierno” y no le presté mucha atención mientras continuaba con mi día. Más tarde, mi cuñado me lo recordó, dijo: “Sé qué está produciendo ese ruido”.
Dijo que era un pájaro golpeando el vidrio y que probablemente estaba buscando insectos en la puerta.
Pasaron dos días completos y seguí escuchando los golpecitos en la puerta de vidrio. Mi hermana también lo oyó mientras hablaba con ella por teléfono. Le pregunté al pájaro por bromear: “Petirrojo, ¿qué necesitas?, ¿por qué no paras de molestarme?”.
Entonces decidí hablar con mi hermana por videollamada para que pudiéramos averiguar qué quería el petirrojo. Cuando me acerqué a la puerta y abrí las cortinas, lo vi allí mirándome fijamente como a un metro o menos de distancia. Miré y no había ningún insecto (contrario a lo que mi cuñado presumió).
Observé el entorno y de inmediato bajé la mirada hacia la cerradura y lo único que pude hacer fue agradecerle a Dios por lo que noté: ¡la puerta había permanecido abierta todo el tiempo! Y ese pajarito intentaba advertirme mientras yo decidía ignorarlo.
Le di gracias a Dios inmediatamente y ¡hasta le agradecí al petirrojo! Mi hermana mayor, que permanecía en la video llamada, atestiguó todo y también le agradeció a Dios por cuidarnos.
La puerta permaneció abierta aproximadamente dos días y no nos percatamos. Ni siquiera pensamos en revisar, pues casi nunca vamos a ese lado de la casa.
Quiero agradecerle a Dios por su protección y ¡debí haber atendido su advertencia antes! Dios me envió un tierno petirrojo, por lo que estoy sumamente agradecida.
Dios obra en simplicidad para protegernos y guiarnos. La simplicidad…
La Herman Amber
Estados Unidos