08/06/2016
Los miembros de un cuerpo

25 para que no haya desavenencia en el cuerpo, sino que los miembros todos se preocupen los unos por los otros.

26 De manera que si un miembro padece, todos los miembros se duelen con él, y si un miembro recibe honra, todos los miembros con él se gozan.

1 Corintios 12:25-26

Imaginen cómo sería si la Novia entrara en tal unidad que cuando uno de Sus miembros sufriera, todo el Cuerpo se uniera en oración y ruego hasta que el enemigo se ahuyentara completamente. ¿Qué ocurriría si fuéramos tan dedicados que, independiente de si la sanidad ocurre hoy o dentro de meses, permaneciéramos en nuestros puestos del deber HASTA que Dios acudiera y se manifestara Su liberación? Si la Novia se marcara ese objetivo, lo que pudiera ocurrir no tendría límites. Con los sucesos del Recorrido Ágape y testimonios como este, empezamos a observar algo ocurrir que nuestro profeta anheló ver: una unidad y un amor globales entre todo el Cuerpo de Jesucristo.

Esta iglesia de Trinidad es un ejemplo de lo que puede suceder cuando un grupo de creyentes dirige sus corazones hacia un objetivo poderoso. Por lo extenso que es este testimonio, lo dividimos en dos partes.

El Hermano Branham dijo:

Señor Jesús, lo había visto sobre otras personas, pero cuando se trató de mi propia y preciosa esposa, entonces era en mi hogar, Señor. Lo miré con mis propios ojos, lo sentí con mis propias manos.

63-1229E

Sin duda, lo hemos oído en las cintas, lo hemos leído en la Biblia y lo creemos de todo corazón; pero cuando ocurre en nuestra propia casa y vemos al Señor conducirnos a la victoria, el ancla parece asirse con más profundidad y firmeza. Aquí, en Trinidad, estamos CANTANDO LA VICTORIA que nuestro Señor Jesucristo nos concedió al liberar totalmente a nuestra preciosa Hermana Grace Barratt de una crisis nerviosa que hace seis meses le sobrevino.

Con una crianza en el Mensaje, la Hermana Grace creció como una Cristiana sobresaliente, manteniendo una conducta ejemplar tanto en la casa y la iglesia como en la escuela, de tal manera que una profesora le puso a su recién nacida el nombre de la hermana, por lo mucho que admiraba su carácter. Como a los 16 años, Grace sufrió una crisis nerviosa, lo cual afectó a todos, en la familia y en la iglesia. Su padre, el Hermano Felix Dickson, combatió al enemigo, junto con la familia y los creyentes, orando constantemente y ayunando por su liberación. Un día, tras pasar noches sin dormir y permanecer orando y escuchando el Mensaje, caminaba por la casa, cuando oyó al Hermano Branham decir en la línea de discernimiento:

Aquí hay un hombre, sentado aquí mismo, que me está mirando. ESTÁ ORANDO POR SU FAMILIA. En realidad, no es de aquí. Es de Carolina del Sur. El SEÑOR DIXSON. Pero si él tan solo cree con todo su corazón, Dios le concederá esa bendición. ¿Lo cree, señor? Soy un completo extraño para él. Nunca lo he visto en mi vida. Amén. Nunca lo he visto en mi vida.

63-1201E

Con todo su ser, acogió la bendición y la declaró. Aunque ningún cambio se mostró inmediatamente después que oyó la Palabra, ella empezó a progresar cada vez más y al cabo de 21 días recibió su liberación total. Fue liberada con tal perfección que unos años después se comprometió y se casó con el Hermano Kashif Barratt; y han sido bendecidos con cuatro hijos preciosos, a quienes ella educa en casa desde hace un año, para mantenerlos en la influencia de Cub Corner y este Mensaje. En particular, el Señor dotó a nuestra hermana con un maravilloso talento artístico, que se reflejó en unos murales que pintó en su casa (aparecieron en un artículo de YF). Ella ha dedicado su talento al beneficio de los creyentes, colaborando en la preparación y la decoración de muchas bodas y eventos de jóvenes. No le quedó ni una cicatriz de aquella experiencia y jamás nadie concibió que algo así volvería a ocurrir; pero, en la última semana de octubre, todo cambió radicalmente con una recaída, aun más crítica que la primera vez.

Grace estaba trabajando en exceso, preparando hojas de actividades para ayudar a otras madres que educan a sus hijos en casa. Unos meses después de que nació su hija menor, llamó a su papá para que pasara por su casa, pues no se sentía bien. Él pronto advirtió que definitivamente algo le pasaba. Llamó a la hermana de Grace, Hadassah, y su esposo, quienes estaban de visita en Jeffersonville, y les explicó la gravedad de la situación. Esa noche, ellos asistieron al servicio del Tabernáculo Branham y enviaron una petición de oración a la plataforma. Antes de escuchar el sermón Recordando al Señor (63-0122), se leyó la petición y se ofreció una oración. Mientras tanto, en Trinidad, su condición empeoró, pero la familia procedió a orar y ayunar, y además se quedaron en su casa para unirse en oración y ayudar a cuidar de los niños. En la madrugada del domingo, 1 de noviembre, después que la familia y Grace pasaron días en vela, en los no se observó ninguna mejoría, decidieron llevarla al hospital para que le suministraran algún medicamento que le produjera sueño.

Informaron a la pareja que se encontraba en Jeffersonville, la cual asistió ese domingo al servicio del Tabernáculo Branham y envió esta petición de oración por escrito.

Dios lo bendiga, Hermano Joseph:

Para informarlo sobre el estado de nuestra Hermana Grace Barrat, de Trinidad, hoy, como a la 1:30 a. m., la llevaron al hospital, tras llevar poco menos de 5 días en casa, casi sin dormir ni comer. Físicamente, puede que ayude a que el cuerpo repose y se reponga; pero seguimos orando y le confiamos su liberación total a nuestro Señor Jesús.

Entretanto, el Hermano Felix, su padre, se ha mantenido orando y ayunando. Escudriñó hasta donde alcanza su conocimiento y no halló algún error o algún pecado sin enmendar, por los que deba prolongarse esta dolencia. Considerando lo mucho que esta hermana se ha esforzado últimamente allá en Trinidad, ayudando niños y maestras que enseñan en casa con revistas de CC y hojas de actividades, y asimismo el éxito que ha logrado tanto en campos misioneros de África y Guyana como en esfuerzos de YF en Trinidad, él se percató de que esto no es más que un embate del enemigo en contra de lo que creemos y promovemos adondequiera que vamos. Decidió que permanecerá en el hospital y no se marchará sin la Hermana Grace.

El Hermano Kye y la Hermana Hadassah partirán mañana por la mañana, Dios mediante, para ayudar en la iglesia y en el cuidado de sus niños. Por favor, recuérdennos en sus oraciones. Enviaremos el testimonio de su liberación total.

El Hermano Kye


Cuando se leyó la petición, él manifestó que era una situación angustiosa, pero que creía que todo cambiaría, pues la Novia de Jesucristo la apoyaría acudiendo al Trono de Dios; entonces, se ofreció la oración. El sermón que escuchamos esa mañana fue Poder de transformación.

En efecto, el poder transformador de Dios entró en acción, pues las circunstancias empezaron a cambiar en el hospital. Después del reconocimiento médico, determinaron que no se trataba de una afección física y que había que internarla en una institución psiquiátrica para que la trataran. Sabiendo que el Señor la libró la primera vez con Su Palabra y sin sentir el más mínimo deseo o dirección de dejar a su esposa en manos de una institución, su esposo acordó con la familia llevarla de regreso a casa.

Los doctores se rieron y se burlaron de ellos, pues lo consideraron una locura. Sin embargo, la familia se reunió y se propuso a transformar su casa en un hospital donde podrían orar y cuidar de ella hasta que Dios la restituyera con liberación total. Cuando dejaron el hospital, percibieron claramente una mejoría y signos de normalidad. Regresaron a casa con fe fortalecida, conscientes de la intervención de Dios.

Cuando se presentaron las peticiones de oración en el servicio de la tarde, se anunció que ella había mejorado y en una oración de gratitud por las buenas noticias el Hermano Joseph agradeció al Señor por enviar una legión de ángeles a reconfortarla. Esta oración alentó sumamente nuestros corazones y nos confirmó que su liberación era una obra consumada. Esa tarde escuchamos una cinta del Jubileo: Liderazgo.

Mientras tanto, en Trinidad la situación cobraba un mejor aspecto y en el siguiente servicio del Tabernáculo Branham, el del miércoles por la noche, antes de oír el Mensaje  El Shaddai, se presentó un informe (pensamos que sería el definitivo), contando que había regresado a su familia y estaba bien. Hasta grabamos un video breve de cuando nos reunimos en casa. Fue tan real. Todos sentimos que había terminado, LO CUAL ASÍ ERA, pero por alguna razón los resultados de la oración y la Palabra hablada tardarían cinco meses más en mostrarse plenamente.

Dios lo bendiga, Hermano Joseph:

Desde que se ofreció otra oración esta mañana, hemos visto un cambio significativo.

Ya le dieron salida del hospital y lo último que oímos es que está guardando cama en casa, acompañada del Hermano Felix y su madre, quien está hablándole.

En verdad el Señor está actuando.

Seguiremos orando hasta alcanzar la victoria final. No se desanimen.

El Hermano Kye


Ese mismo miércoles todo se empeoró de nuevo; pero, a pesar de lo que veíamos, nuestra fe estaba anclada, confiando en que Dios respondería. Para entonces, su hermana y su cuñado ya habían regresado de Jeffersonville, para ayudarlos en la situación. El Hermano Kashif, su esposo, hizo una gran proeza al permanecer en casa hasta no ver la liberación, sin saber cuánto tardaría en ocurrir. Él se desempeña como ingeniero civil en una compañía acreditada y, aunque sus jefes se sorprendieron por la decisión, mostraron empatía con su caso. Por lo tanto, su esposo la acompañó a lo largo de toda esa etapa. Esa demostración de fe hasta infundió alientos a quienes los apoyaban.

La casa se transformó, pues su cuarto sirvió como una iglesia donde se instalaron parlantes para que el Mensaje resonara día y noche. En su entorno siempre la acompañó la voz del profeta y también colocamos los servicios del Tabernáculo en directo y los que ya estaban grabados. La voz del Hermano Branham no solo se escuchaba en los sermones, sino también en cantos, pues los Himnos del Evangelio también conformaban nuestros favoritos. Otros creyentes visitaban la familia para orar juntos, algunas hermanas ayudaban en las tareas domésticas y a cocinar, y la familia continuó educando los niños en casa y se reunía por la mañana y por la tarde para ocuparse de sus devociones y cantar con ella. Unas veces parecía mejorar; otras, todo lo contario. Solíamos organizar muchos eventos y actividades para los jóvenes; pero hubo que bajar el ritmo porque orar y buscar al Señor adquirió suma importancia. Los eventos no habrían sido los mismos sin esa familia.

Pronto, publicaremos la conclusión del testimonio, que trata de las diferentes citas que los alentaron y el milagro poderoso que propició la mañana de Resurrección.