08/05/2015
Hallado

Si en alguna ocasión Dios hizo algo por alguien, Él hará lo mismo por Ud. Confíe en Él y crea que Él le concederá lo que Ud. está pidiendo hoy de Él. Esta familia recordó la Palabra de Dios cuando les robaron un tractor muy valioso. Ellos le encomendaron la situación al Señor, y Él demostró que es el mismo hoy que hace 50 años. 

Me gustaría compartirles mi testimonio para la gloria de Dios.

Tenemos un Bobcat (máquina grande de construcción) que usamos en nuestro pequeño negocio de construcción para remover la nieve durante el invierno. Un día, después de trabajar todo el día removiendo nieve, nuestro hijo lo dejó por la noche encadenado sobre el remolque, el cual estaba enganchado a su camioneta en un parqueadero.

A la mañana siguiente, él fue a recogerlo para seguir trabajando, pero el remolque con el Bobcat había desaparecido. De alguna manera se lo robaron del estacionamiento donde lo dejó; sin embargo, la camioneta a la que estaba enganchado aún estaba allí.

Cuando él vino y nos avisó, nos preocupamos muchísimo: el Bobcat no tenía dos años y aún estábamos haciendo los pagos. Se reportó el robo a la policía, y dijeron que probablemente ya se lo habían llevado lejos al norte o fuera de la provincia para venderlo. Con mi esposo empezamos a orar, y él me dijo que le recordaba la historia en la que el Hermano Branham oró por el vehículo que le robaron al Hermano Evans, y el Señor se lo regresó. Entonces le oramos al Señor que compungiera a los ladrones para que lo regresaran de alguna manera. Muchos hermanos de nuestra congregación local también oraron por nosotros.

No recibimos noticia por más de una semana y ya habíamos contactado a la compañía de seguros para presentar una demanda.

Después nos dimos cuenta de que tendríamos que pagar casi el 25% más que hacía un año y medio por un Bobcat de la misma referencia, puesto que el dólar canadiense se ha desvalorizado mucho con respecto al dólar estadunidense. La compañía de seguros solo nos podía pagar el monto más bajo, por lo que tendríamos que arreglárnoslas para pagar el excedente.

Esto realmente nos afectaría económicamente. Pero alabado sea el Señor, ya que el mismo día que íbamos a firmar el acuerdo con la compañía de seguros el teléfono sonó, pues la policía había encontrado nuestro remolque con el Bobcat.

Lo habían escondido cerca del aeropuerto, detrás de un edificio cercano al lugar donde lo robaron. El Bobcat todavía estaba sobre el remolque asegurado con las cadenas, así que no se las quitaron porque no supieron cómo encenderlo. Dios nos lo estaba protegiendo. ¡Yo empecé a llorar y a alabar al Señor por Su gracia y misericordia que tuvo por nosotros al escuchar y responder nuestra oración!

Una hermana en Cristo

Canadá