12/05/2015
Camino a su recompensa

Se estima que 140 millones de personas hablan suajili en África Central y del Sur. Es el idioma oficial de tres países: Tanzania, Kenia y Uganda; y, además, es el idioma nacional de la República Democrática del Congo. El dialecto suajili se encuentra en diversas partes de África, desde Sudán del Sur hasta las islas Comoras y el norte de la República de Madagascar; también, lo hablan muy al norte, en los estados del Golfo Pérsico. El kiswahili es el idioma más utilizado en África después del árabe.

La Obra en África del Sur se materializó a mediados de la década de los 80, cuando el Hermano Joseph estableció en Nairobi la primera biblioteca de préstamo. Aproximadamente hace 30 años, el suajili fue uno de los primeros idiomas a los que se tradujo el Mensaje, pues fue en abril de 1987 cuando se imprimieron los primeros libros en suajili. En la actualidad, hay más de 130.000 creyentes que hablan suajili, más de 1.900 iglesias en África Oriental y más de 150 bibliotecas de préstamo que les proveen el material del Mensaje:

Cantidad de creyentes que hablan suajili en el mundo: 131.035

Hasta ahora hemos traducido 222 Mensajes al suajili. Cada vez que terminamos una nueva traducción, imprimimos unas 60.000 copias de esta.

Países que reciben material en suajili: 17

Iglesias de África Oriental

Kenia: 848

Tanzania: 507

Uganda: 597

Bibliotecas de préstamo de África Oriental

Kenia: 26

Tanzania: 85

Uganda: 43

Este éxito se debe en gran parte a los esfuerzos de un hermano llamado George Mbwana, cuya personalidad era humilde y tranquila. En 1986, el Hermano Mbwana se unió al equipo de traducción al suajili y su amor por nuestro Señor Jesucristo y este Mensaje, que él creyó y vivió, permaneció firme hasta que fue llamado a Casa el 6 de Abril de 2015. El Hermano Mbwana ayudó en cada uno de los 222 Mensajes que se han impreso en suajili y fue el que añadió un toque tanzano a las traducciones al suajili, para que nuestros hermanos y hermanas de Tanzania las pudieran leer y entender con facilidad.

Aunque gran parte de su trabajo fue anónimo, ha sido durante años de gran importancia para las traducciones al suajili. Su ausencia será sentida profundamente por muchos, y jamás olvidaremos su sacrificio, determinación y dedicación por su trabajo. La consagración de este humilde siervo del Señor al mensaje del tiempo del fin fue inquebrantable y su único objetivo fue que el Señor Jesús siempre tuviera la preeminencia en todo lo que hacía. Lo extrañaremos demasiado. 

El Hermano Mbwana y algunos miembros de su familia.

Mientras oramos por la familia Mbwana, les pedimos humildemente que, por favor, los recuerden también en oración.