22/05/2020
Depresión

10 Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, Y renueva un espíritu recto dentro de mí.

11 No me eches de delante de ti, Y no quites de mí tu santo Espíritu.

12 Vuélveme el gozo de tu salvación, Y espíritu noble me sustente.

13 Entonces enseñaré a los transgresores tus caminos, Y los pecadores se convertirán a ti.

Salmos 51:10-13

Según investigadores más del 7% de la población mundial sufre de depresión. Hoy en día, esta es una de las herramientas más poderosas que tiene el diablo en su arsenal, para robarles a los hijos de Dios el gozo de la salvación.

Nuestro Señor Jesús no quiere que estemos deprimidos; Él quiere que disfrutemos la vida al saber que hay una tierra más allá del río, donde Él limpiará todas las lágrimas de esta jornada. Eso es lo que nos prometió. Nuestro enemigo, Satanás, intenta convencernos de lo contrario, pero Cristo siempre llega por aquellos que creen.

El siguiente es un testimonio de una hermana de Reino Unido que sufría de depresión.

Quiero testificar de haber sido liberada recientemente de depresión. Vivo en Reino Unido con mi esposo y soy ama de casa.

Durante el invierno, me empecé a deprimir. Al poco tiempo, no podía dormir y empecé a perder el cabello. Oré al Señor Jesús y empecé a leer la Biblia y escuchar los sermones. El Señor Jesús vino a mi rescate.

Soñé que un hombre vestido de blanco se me aparecía mientras lloraba. Pregunté por cuánto más me atormentaría este dolor y qué podía hacer, puesto que no podía controlar mis pensamientos. El hombre me dijo que no me preocupara, pues todo volvería a la normalidad. Me recuperaría. La noche siguiente tuve otro sueño. En este había un hombre con barba, vestido con una túnica blanca, que sanaba mi mente. Creo y ahora testifico que el Señor Jesucristo me ha sanado de la depresión, y quiero darle la gloria, el honor y la alabanza. Gloria a nuestro Dios.

Ayisha

Reino Unido