12/06/2015
El Hermano Edwin Mugovera

Nuestro viejo amigo, quien era un empleado fiel de la oficina de Harare, Zimbabue, partió a su encuentro con el Señor. Este lunes, habiendo fallecido de cáncer de hígado, el Hermano Edwin Mugovera dejó a su esposa, a sus dos hijas, al personal de VGR y a muchos amigos que tanto dependían de nuestro querido hermano.

Los hermanos de nuestra oficina de Harare escribieron esto en memoria del Hermano Edwin:

Después de que el Hermano Edwin se unió a la familia de Grabaciones la Voz de Dios en el año 2007, lo emplearon en la oficina de Harare, Zimbabue, para atender la Biblioteca de Préstamo. Él desempeñó su oficio con dedicación hasta que fue a encontrarse con el Señor. Anteriormente, él ya había entregado su vida al servicio del Señor y Su Novia: fue director de cantos, bibliotecario de iglesia, luego ujier y finalmente síndico de la iglesia del Hermano Joseph Chikosi.

El Hermano Edwin tenía un espíritu callado y manso, y una voz suave; pero en su interior había un corazón firme, fuertemente aferrado a Cristo. Él creyó de todo corazón este Mensaje, al cual dedicó su vida.

El hermano registraba diligentemente todo el material que llegaba y salía de la enorme oficina y de la extensa red de suministro. Cada envío que llegaba del cuartel general de Jeffersonville pasaba por las manos del Hermano Edwin, pues el revisaba con las facturas los artículos de los inmensos contenedores, reponía los productos agotados y registraba los suministros. Cuando se empezaban a agotar los libros de la Palabra Hablada, las cintas, los CD o cualquier otro producto, el Hermano Edwin era el encargado de solicitar que iniciaran los procesos de envío, para que la Novia local no aguantara hambre en esta hora tan peligrosa.

Les suplimos sin costo alguno una enorme porción de material a los misioneros, quienes desafían todos los peligros que implica su labor para llevar este Mensaje a las personas preciosas que viven en las zonas remotas del país. Casi todos esos misioneros, quienes venían por material, conocían al Hermano Edwin como también a sus compañeros de trabajo. Sus manos contaron muchos libros, MP3, tratados, etc., de diferentes idiomas, guardándolos en cajas, actualizando el inventario y finalmente ayudando a colocar las cajas en vehículos, motos, bicicletas o sobre los mismos hombros de los creyentes, antes de que salieran de la oficina de Grabaciones la Voz de Dios hacia su lugar donde estuvieran predestinados. Durante las convenciones, las iglesias normalmente solicitaban un puesto de exhibición de Grabaciones la Voz de Dios. Con el resto del equipo, él atentamente les suministraba a los creyentes el Alimento vivificante (el Mensaje) y respondía las diferentes preguntas que tuvieran.

Cuando YF cobró vida en Zimbabue, el Hermano Edwin contribuyó a esta obra significativamente con su empeño y su intuición. Él respondió y llevó registro de las consultas y confirmaciones que recibíamos en la ocupada línea telefónica de YF, asegurando que los asistentes recibieran información detallada sobre los eventos de YF mucho antes de que se realizaran. Aunque era mucho mayor que los jóvenes, el Hermano Edwin se entendía muy bien con los jóvenes que conocía, especialmente en el mini-voleibol o el futbolín, en los que tenía gran habilidad, y también disfrutaba mucho jugar en el Bistro con los jóvenes creyentes. Desempeñó un papel decisivo cuando planeamos y llevamos a cabo los recientes días de expediciones misioneras de YF, en los que les testificó el Mensaje a decenas de personas y también entregó libros y tratados en el centro de Harare, en donde instalamos una carpa para las almas hambrientas y necesitadas.

En el 2014, los médicos le diagnosticaron una grave afección en el hígado y le dijeron que solo le quedaba una semana de vida. Se oró por él y el Señor milagrosamente le devolvió su salud. Se recuperó sorprendentemente y, habiéndose esforzado mucho para regresar, retomó sus deberes con su energía renovada. Hace unas semanas, la enfermedad retornó. Preparado, el Hermano Edwin fue llamado a las alturas el lunes en la mañana.

Ocurrió algo que mostró que el Señor sabía lo que sucedería: la sede central de Grabaciones la Voz de Dios insistió en que tuviéramos una semana de vacaciones (la cual teníamos pendiente) y en el primer día de esa semana, el Hermano Edwin fue llamado a Casa. Permitiendo esto que el proceso del funeral se hiciera con tranquilidad y que todos los empleados de VGR pudieran asistir al funeral rindiendo una despedida digna a su compañero sin tener que ausentarse por las obligaciones del trabajo.

Con tan solo 38 años, al Hermano Edwin le sobreviven sus hijas, Talent —de 10 años— y Grace —de 7 años—, y su esposa, la Hermana Maureen (ella está esperando a su tercer bebé, que nacerá dentro de dos meses, Dios mediante). Por favor, recuerde a la familia joven afligida, para que el Señor los consuele y los ayude a superar estos momentos tan dolorosos y difíciles.

También les damos nuestras condolencias a la asamblea en Highlands, Harare del Hermano Joseph Chikosi, donde el Hermano Edwin era síndico.

La oficina de Zimbabue no volverá a ser la misma sin el Hermano Edwin. Él era un pilar sólido. Como seres humanos, sin duda sentimos una profunda perdida; pero, como creyentes de este Mensaje, el cual sabemos que es la Verdad absoluta, ¡abrigamos una esperanza y nos aferramos a una promesa que apreciamos de todo corazón, la certeza que late en nuestras almas de que un día glorioso nos encontraremos de nuevo en Su sublime Presencia, para nunca separarnos!

Hasta que nos encontremos...