24/06/2015
Yo os haré descansar

Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar.

Mateo 11:28  

Un creyente que había sufrido de insomnio por años nos envió su testimonio por correo electrónico:

Dios los bendiga, santos:

Me llena de emoción que por fin les pueda enviar este testimonio. Siempre he sufrido de falta de sueño. Son contados los días en que me acuesto antes de las 11:00 p. m.; pero cuando lo hacía, me despertaba repentinamente como a las 3:00 a. m. Después de permanecer despierto dando vueltas y vueltas, por fin alcanzaba un sueño leve casi a las 5:00 a. m.; ¡solo para que la alarma sonara a las 5:30 a. m.! 

Muchas mañanas me despertaba enfadado conmigo mismo y frustrado porque no podía dormir; aparte de eso, me esperaba un día terrible, en el que permanecería agotado, con dolor de cabeza, desmemoriado y de mal genio. Un día, invitaron a nuestra iglesia a un predicador, el cual mencionó que debíamos incluir el Mensaje al máximo en todo lo que hiciéramos: en el trabajo, en la casa, en el carro, en todas partes, se debe escuchar la voz del profeta. Nos animó a que dejáramos sonando una cinta o un CD, aun mientras dormíamos. ¡Pensé que sin duda esto no me funcionaría, pues me despertaba fácilmente y no lograba conciliar el sueño mientras alguien hablaba! Así que ignoré la idea hasta el mes pasado, pues el problema persistió.

Intenté tomar píldoras para dormir, pero tenía presente que podían causar adicción; por tanto, me limité a tomarlas solo dos veces a la semana. Aun así, me sentía compungido, pues sabía que no debía depender de unas pastillas para poder dormir. Entonces, de repente, en medio de la depresión, me pregunté por qué no había orado por mi insomnio todos estos años. Supongo que nunca lo consideré una enfermedad o padecimiento que necesitara oración. Simplemente se lo atribuía al estrés de mi vida tan ocupada. Empeoró tanto que me enfermé y sabía que no podía resistir más. Yo literalmente andaba como un zombi. Después de leer en la página web de Grabaciones la Voz de Dios los testimonios de las personas que recibieron su sanidad cuando el profeta les describió su condición, pensé que me ayudaría escuchar al profeta dirigiendo la línea de oración, donde quizás mencionaría mi problema.

En el trabajo, es imposible hacerlo porque siempre estoy ocupado, y no me queda tiempo para nada más. Luego llego a casa tarde y no tengo ni unos minutos para sentarme a descansar. Por tanto, la única oportunidad de escuchar al profeta de Dios era mientras estaba acostado. Caí en cuenta de que podía escuchar un sermón, ya que, de todas maneras, estaría despierto, observando la oscuridad. Hace dos semanas había comprado la memoria microSD, así que coloqué mi celular junto a la almohada para escuchar el primer mensaje, Fe es la substancia (47-0412). No escuché por mucho tiempo, pues me quedé dormido y, hermanos, ¡por primera vez en muchos años, experimenté el espléndido sueño de un niño!

No sé expresar con palabras el gozo que siento en mi corazón por poder dormir toda la noche y despertarme fresco, despejado, con energía; el dolor de cabeza, el mal genio y el cansancio desparecieron. La Voz me arrulló hasta que me dormí y continúa haciéndolo.

Dios los bendiga a todos