07/06/2016
El Recorrido Ágape en Macon

Todos esperaban un desenlace poderoso del Recorrido Ágape de Primavera; pero, nuevamente, el Señor sobrepasó nuestras mayores expectativas.

El jueves, como a las 6:00 a. m., partimos de Jeffersonville y llegamos a Macon, aproximadamente a las 4:00 p. m. Nos tranquilizamos cuando vimos el cartel que decía: “Bienvenidos, Hermano Joseph y Recorrido Ágape”.

Las reuniones se llevaron a cabo en Macon City Auditorium, donde el Hermano Branham predicó el sermón Compañerismo por medio de la reconciliación de la Sangre. Consideramos un gran honor estar en el mismo edificio donde el profeta predicó hace 61 años. Una de nuestras mayores preocupaciones era que el fin de semana contaba con un riesgo de lluvia del 80 % y no sabíamos cómo trasladar a la gente durante una tormenta desde los estacionamientos, ubicados en el centro de Macon, hasta el auditorio. Los pronósticos indicaban que llovería exactamente durante los servicios del viernes y el sábado; pero el Señor estuvo presente y detuvo la lluvia en cada reunión. No cayó ni una gota de lluvia mientras entrábamos y salíamos del edificio. 

Para el servicio del viernes por la noche, acomodamos 800 sillas en el piso principal del edificio y antes de las 6:45, todas ya estaban ocupadas. En seguida instalamos otras 200. En total, asistieron unas 1000 personas.

El Hermano Joseph subió a la plataforma a las 7:00, ante una multitud de pie que aplaudía al son del piano, animada por el Espíritu Santo. En las últimas reuniones del Recorrido Ágape hemos percibido la emoción; pero, esta vez, ¡la gente vino con las más altas expectativas! El Hermano Joseph habló sobre el amor y la unidad unos 30 minutos antes de humildemente hacer lo que estima su mayor honor: darle entrada al púlpito al profeta William Marrion Branham.

A la gente le ENCANTÓ el sermón Entonces Jesús llegó y llamó. Este es un fragmento de ese sermón, el cual produjo gritos de “¡Aleluya!” y “¡Amén!”.

Ha llegado el momento de actuar. Ha llegado el momento de creer o no creer. Esa línea de separación se aplica a cada hombre y cada mujer. Se aplica a cada niño.

Algunos se dirigieron al altar cuando el Hermano Branham llamó a los pecadores; pero la mayoría se quedó en su asiento adorando en silencio. La palabra que mejor describe la primera noche es consagración. Allí, parecía que ninguna barrera nos separaba; éramos un grupo de creyentes devotos que adoraban unánimes en torno a nuestro terreno común, el Mensaje de la hora. Fue una forma poderosa de empezar el Recorrido Ágape en Macon. 

El sábado por la mañana, a las 10:00, abrimos las exhibiciones del Recorrido. ¡Qué maravilloso tiempo de compañerismo! Cada exhibición suscitó preguntas concernientes a la obra del Señor, las cuales generalmente terminaron en testimonios sobre el papel que cada uno ha desempeñado para difundir el Mensaje. Nos encontramos con creyentes recién convertidos y con guerreros del Evangelio experimentados que estuvieron presentes cuando el Hermano Branham habló personalmente en ese mismo auditorio hace 61 años. Al igual que la noche anterior, se percibía unidad entre la gente, la cual parecía fortalecerse a cada minuto.

Luego del descanso de unas horas, que destinamos para vestirnos con ropa formal, abrimos las puertas a las 6:00 para comenzar otro servicio de adoración. En seguida acomodamos más sillas y lentamente 1300 personas llenaron el salón del auditorio y el balcón. El Hermano Joseph de nuevo nos animó a aferrarnos a la Palabra y preparar nuestro corazón y nuestra mente para escuchar al profeta predicar Una liberación total. Esta es una de esas citas especiales que resonaron en nuestros oídos:

Todos juntamente queremos estar unidos, teniendo el Espíritu Santo. Cada miembro debiera estar unido uno con el otro. El amor de Dios se derrama en nuestros corazones por el Espíritu Santo. Él nos limpia de toda maldad. Somos liberados de las cosas del mundo. Jesús dijo: “En esto conocerán todos que sois Mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros”, cuando un miembro ama tanto al otro miembro, que moriría por él.

Al final del servicio, mientras el Hermano Joseph dirigía a la congregación en adoración, un niño caminó hacia el altar, se arrodilló y levantó la mano al Señor. Unos más lo acompañaron y, cuando el servicio concluyó, muchos estaban orando en el altar y otros en sus asientos.

El viernes por la noche, en el poderoso servicio de adoración, tuvimos la oportunidad de volver a dedicar nuestras vidas al Señor. El sábado por la mañana, pudimos conocer nuevos creyentes, reavivar viejas amistades y escuchar testimonios sobre la obra del Señor. Luego, con el servicio del sábado, alcanzamos otro nivel: reverencia y entrar más profundamente en la Palabra. Todo eso nos preparó para la mañana del domingo, en la que escuchamos el sermón La señal y el tiempo de unión. La mayoría jamás olvidará esa mañana. 

El Hermano Joseph nuevamente preparó a la gente para escuchar al profeta. Fue aun más lejos al animar a los pastores a “regresar al Hermano Branham al púlpito” y a escuchar estas cintas en sus congregaciones. La multitud se puso de pie en medio de aplausos clamorosos. Luego, procedió a aclarar que no está en contra de los ministros y que no dijo eso para competir con ellos. El objetivo de su ministerio es fijar una base para el profeta. De nuevo, la multitud gritó: “¡Amén!” y manifestó su apoyo. Entonces, por tercera vez en tres días, la voz del profeta de Malaquías 4 resonó en todo Macon City Auditorium y animó a la Novia a unirse en torno a la Palabra de Dios.

Dios está uniendo a Su Novia. Ella se está reuniendo, desde el este y el oeste, y el norte y el Sur. Es tiempo de unión y está ocurriendo ahora mismo. ¿Para qué se está uniendo? El Rapto. ¡Amén! Dios La está preparando. Sí, señor, ¡unión! ¿Con qué se está uniendo? ¡Con la Palabra! “Los cielos y la tierra pasarán, pero Mi Palabra nunca pasará”. Ella se está uniendo con el ASÍ DICE EL SEÑOR sin importar lo que cualquier denominación o alguien más diga. Ella se está uniendo. Ella se está preparando.

Hace 61 años el Hermano Branham predicó en Macon City Auditorium y todos recibimos bendición sin medida al escucharlo una vez más en el Recorrido Ágape. Les expresamos nuestra sincera gratitud a los creyentes que viajaron cientos y miles de kilómetros para acompañarnos en Macon. También, damos gracias a los pastores locales que cancelaron sus servicios para que su congregación pudiera reunirse con otras en la unidad de la Palabra. Y agradecemos a todos los que recordaron estas reuniones en oración. El Señor escuchó sus oraciones y nos acompañó en el auditorio. Quizás la próxima reunión sea cuando nos encontremos con nuestro Señor Jesús en el aire; pero, si Él tarda, esperamos retomar el Recorrido Ágape en otoño. Que nuestro Señor Jesucristo los bendiga ricamente a todos. Los amamos.

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