29/06/2016
Regocijaos

Independientemente de si nacimos en una familia del Mensaje y siempre nos esforzamos por vivir como Cristianos o salimos de lo peor de lo peor, todos podemos REGOCIJARNOS porque la Sangre de Jesucristo nos ha limpiado de nuestros pecados ¡y tenemos Vida Eterna!

A continuación, hay un par testimonios de dos hermanos de Brasil que están regocijándose porque encontraron la salvación gracias al Mensaje de la hora:

Dios los bendiga, mis queridos hermanos en Cristo Jesús:

Quiero compartir un breve testimonio con la Novia de Cristo sobre lo que el Señor hizo durante el año del Jubileo. Cuando tenía catorce años, me aparté de los caminos del Señor y terminé en el mundo. Al principio, empecé a fumar; poco después, me volví alcohólico; y al final me hundí en el mundo de la cocaína y el crac. Debido a eso comencé a robar y más adelante acabé en la cárcel.

Al cabo de un año y tres meses, salí de prisión y de nuevo fui a parar a la calle. Esta vez, participé en las peores actividades del mundo, como robar, secuestrar y traficar drogas, y el enemigo me engañó con mujeres. Pensaba que ya no tenía oportunidad de regresar con nuestro Señor Jesucristo. Sabía que un abismo estaba llamando y tenía la certeza de que había otro abismo que podía responder.

Cuando escuché la Voz del Jubileo, me sentí libré de la opresión del diablo. El Señor Jesucristo transformó la oscuridad en luz. Hoy puedo decir que ya no vivo yo, mas Cristo vive en mí; pues, aun si quisiera regresar al mundo, no podría porque este es el año del Jubileo y ahora soy consciente de lo maravilloso que es ser un genuino Cristiano del Mensaje. Cuánto me gusta escuchar este Mensaje. Siempre que colocó un sermón, esa voz de arcángel me tranquiliza y me renueva cada vez más. Me alegra compartir este testimonio con la Novia de Cristo.

Dios los bendiga,

El Hermano Isaac Oliveira

Brasil


La gracia de nuestro Señor Jesús los acompañe:

Me siento gozoso por lo que la gracia y el poder del Señor Jesús hicieron en mi vida. Yo era esclavo del pecado; no me preocupaba por mí ni por el mal que me subyugaba. En esa época, empecé a asistir a las denominaciones. No tenía idea de que Dios enviaría un profeta en los últimos días, pero ahora me regocijo grandemente por la gracia del Señor Jesús. Todo lo que Él les promete a Sus hijos lo cumple.

Mi vida cambió por completo desde que escuché la Voz de Apocalipsis 10:7 y siento gran gozo porque nuestro Dios está vivo y dispuesto a atender el deseo de nuestro corazón. Novia de Cristo, es hora de arreglar nuestras lámparas, pues se acaba el tiempo. A diario las señales se manifiestan ante nuestros ojos. Amén.

Anónimo

Brasil

Todos tenemos un testimonio y ninguno es mejor que el otro, pues cada camino conduce a Cristo. Ya que leyeron estas historias alentadoras de la gracia de Dios, dediquen unos minutos a reflexionar en su testimonio ¡y luego REGOCÍJENSE porque la sangre de Jesucristo NOS HA LAVADO DE NUESTROS PECADOS!

Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez digo: ¡Regocijaos!

Filipenses 4:4