Me gustaría agradecer al Señor por mi sanidad.
Toda la vida he sufrido de alergias severas y he llegado a necesitar inyecciones para combatir los síntomas. Esta dolencia no me ha dejado gozar de buena salud.
El martes pasado, fui a ver al alergista para que me sometieran a pruebas exhaustivas de alergias. Antes de ir, ofrecí una breve oración en la que le pedí al Señor que me librara. ¡Los resultados de todos los alérgenos que probaron salieron negativos! Gracias, Señor Jesús; ¡ya no padezco de ninguna alergia!
Su hermano en Cristo, Robert
Dakota del Sur