Partí de Mbandaka el sábado a las 5:00 a. m. y recogí a un hermano llamado Pélerin, quien se ofreció a acompañarme. Recorrimos 236 km durante dos días, entregando tratados a incrédulos y folletos a creyentes de 44 iglesias.
Nos alegramos de sufrir físicamente por la causa de Cristo, pues nos ocurrieron muchos accidentes por el mal estado de las carreteras. Estaban lodosas y lisas. Ciertas partes estaban tan encharcadas (al nivel del muslo) que tuvimos que colocar una mazorca en el tubo de escape de nuestra motocicleta, para evitar que agua entrara al motor, una práctica de los guardabosques. Tuvimos que desplazar la motocicleta, sumergida en un setenta por ciento, para cruzar el camino, sin ningún puente. El motor arrancó enseguida cuando llegamos al otro lado.
Tanto fue el esfuerzo que ni siquiera nos quedó tiempo de abrir las mochilas para tomar fotografías. Como en un sueño, había que ver el asombro y el gozo inefable que manifestaron los hermanos cuando arribamos a nuestros destinos.
Recibieron el material, pero con empeño solicitaron sus tarjetas miscroSD. Llevan esperando desde febrero del 2015. Les dijimos que nos llegarán, sin importar cuánto se tarden.
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Mientras nos esforzábamos por llegar a los que viven en la selva, encargamos a otros equipos de distribuir tratados de casa en casa, en cárceles, en centros militares y demás. Nos complace presentarlos en este informe:
Este es nuestro distribuidor voluntario en el centro militar, nuestro querido Hermano Ngongo. Después de su obra de distribución, regresó con un poco más de material para los que faltaron.
El Hermano Bénis y la Hermana Naomi, padres de William —en cuyo nacimiento el Señor obró un milagro—, están distribuyendo material en ciudades y cárceles. Con suministros en sus mochilas, que recibieron de parte de VGR, proveen a prisioneros e incrédulos.
Mientras su esposo trabaja, la Hermana Naomi compra pan y lo lleva a la prisión junto con los tratados. El director de la prisión la telefoneó para pedirle que trajera más tratados a los reclusos. Ella tomó unas cuantas fotografías:
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Nuestro querido Hermano Paul Sezene, distribuidor voluntario, entrega tratados de casa en casa. Afrontó muchos obstáculos, como persecución y amenazas, pero jamás se desanimó. Acompañado de su hija, viaja de un sitio a otro con la dirección de la oración.
¡Dios los bendiga ricamente!
El Hermano Eale Nkongi Don
Oficina de VGR de Mbandaka