29/07/2016
Lleva tus cargas al Señor

Quizás piensen que cuando un objeto lleva perdido dos semanas, es un caso sin esperanza; pero simplemente lleven su carga al Padre y sin duda todo marchará bien. A continuación leerán uno de esos testimonios de la simplicidad que parece hablarnos a todos:

Quería compartirles un testimonio sobre un gran milagro que el Señor me concedió. Para leer y conducir, tengo que valerme de lentes varifocales, llamados también lentes progresivos (estos poseen dos fórmulas: una para ver a distancia y otra para leer).

Un poco después de regresar a Canadá, se me extraviaron las gafas. Eran preciosas y contaban con brazos intercambiables de varios colores, así que lamenté mucho lo sucedido. Busqué por todos lados: en la casa, la playa, todas las tiendas y oficinas que visité… Pregunté si las habían encontrado, pero fue en vano.

Entonces me dirigí al buen Señor en oración y le pedí que por favor me ayudara a hallarlas. Pasaron más de dos semanas, pero no me rendí, teniendo la certeza de que Él no me fallaría. Lo que Él ha hecho por otros también lo haría por mí. ¡Declaré en mi corazón que no cesaría en la fe, sino que creería que Él me permitiría encontrarlas!

Ayer, visité el pequeño centro comercial a donde fui de compras. Pasé por cierta tienda y entonces algo me dijo en el corazón que volviera a entrar y quizás aparecerían en las exhibiciones giratorias de gafas. Cuando menos me di cuenta, me dirigía a las dos exhibiciones giratorias. Roté la primera y no las vi. Luego dirigí la vista a la segunda y allí, en uno de los soportes, estaban colocadas mis gafas. Las tomé, me dirigí al baño de la tienda y grité en alabanza a nuestro Señor.

En seguida me marché, pero luego regresé para aclararle al cajero que no me robé nada, ¡sino que encontré mis gafas! Se alegró y me dijo que no me preocupara, pues ahí no vendían ese modelo de gafas. Estoy muy agradecida con el Señor.

¡Aleluya al Cordero!

La Hermana Christiane

Canada