Meses antes de la epidemia del coronavirus en Angola, llevamos a cabo un evento juvenil en Luanda, la capital de Angola. Asistieron 150 niños de entre 8 y 17 años, provenientes de 10 iglesias locales. Se reunieron y tuvieron la oportunidad de escuchar el sermón Liderazgo (65-1031a).
La actividad empezó a las 10:00 a. m. Durante el servicio de cinta, a veces parecía que los jóvenes no prestaban mucha atención al sermón; pero, sorprendentemente, durante los cuestionarios después del servicio, estaban muy entusiasmados y ansiosos por responder las preguntas. Para nuestra sorpresa, pudieron contestar correctamente casi todas las preguntas.
El Hermano João Ricardo tuvo la oportunidad de contarles la historia de La madre zarigüeya. El hermano dramatizó la historia mientras la leía y entre tanto los niños prestaron mucha atención con sus ojos brillantes fijos en el hermano. Después, el Hermano Fulay se encargó de la reunión y proyectó en la pantalla los sitios web www.branham.org y www.cubcorner.org para hablarles sobre los personajes de la Biblia, el contenido y la importancia de esos sitios web. En la pantalla, les mostró muchos artículos valiosos.
El Hermano Fulay fue muy paciente y se comportó como un buen amigo de ellos. Pudo enseñarles el sitio web themessage.com y les explicó cómo descargar los sermones del Hermano Branham. Después de mostrarles los menús y las pestañas del sitio web, se alegraron mucho al saber que pueden descargar un sermón del sitio web de VGR.
Luego, los niños tomaron un refrigerio y después hicieron algunas actividades grupales. Disfrutaron mucho la atmósfera Cristiana que estuvo presente durante la reunión y la compañía de los demás. Al terminar las actividades del día, cantaron canciones y concluyeron la reunión con una palabra de oración a nuestro Padre Celestial.
Mientras se despedían para volver a casa, notamos que se les dificultó separarse el uno del otro. Notamos que los niños tenían sed de permanecer juntos para continuar fortaleciendo el lazo bendito que une sus corazones en amor Cristiano. Ciertamente, esa reunión fue una bendición para ellos. Estamos orando para tener otra oportunidad de reunirlos nuevamente.
El Hermano Aristides Eurico