Quiero compartir un breve testimonio para la gloria del Señor. Aunque sea insignificante, me parece maravilloso que el Señor responda nuestras pequeñas oraciones cuando tenemos fe.
Cada hogar necesita una lavadora y la nuestra se averió. Algo no le funcionaba y no lograba arreglarla.
Un día que necesitaba lavar mi ropa me puse a pensar en que Dios puede hacer todo lo que necesitemos y en lo que dice el Hermano Branham: “Nunca teman pedir en abundancia. Dios quiere que pidan mucho. Él no quiere que sean insignificantes e infantiles. Él quiere que pidan en abundancia para que su gozo sea cumplido”. Empecé a orar y dije: “Señor, Tú sabes lo necesaria que es en mí casa y no tengo dinero para comprar una nueva, pero creo que Tú eres el Gran Técnico y puedes repararla; te lo agradezco”.
La lavadora no funcionó ese día, pero yo creí que Él era el Todopoderoso y que podía repararla. ¡Hoy funcionó! Simplemente la prendí y marchó bien. Solo podía agradecerle al Señor, pues sé que fue Su obra. Este testimonio es muy simple, pero sé que si confío en que Él puede contestar una pequeña petición como esta y tengo fe, no dudaré en hacer peticiones más importantes. Shalom.
Su hermana Mildreth Ramírez,
Colombia