Queridos hermanos:
Vinieron treinta y tres hermanos y hermanas jóvenes. Fue un día increíble; en todo lo que nos rodeaba veíamos la Mano del Señor aquietando a Sus hijos con el cariño y el amor que solo Dios el Padre siente y puede dar.
Algunos de los que acudieron el mes pasado comentaron que no pueden dejar de venir, pues recibieron muchas bendiciones durante el tiempo que estuvieron en la presencia del Señor.
De las fotos de las manualidades que los jóvenes hicieron se puede apreciar que sus mentes se interesan en lo correcto.
Agradecemos al Señor por poner en el corazón del Hermano Joseph el deseo de trabajar con los jóvenes. Damos gracias al Hermano Joseph y todos aquellos de la oficina de Jeffersonville que se esfuerzan para que esta obra prospere.
¡Dios los bendiga!
El Hermano Anderson Vieira