05/08/2019
Artículos archivados

Si escuchan las Cintas del Hermano Branham, entonces han escuchado una y otra vez que llaman a los enfermos y estos reciben sanidad. Apreciamos mucho estos milagros, pues demuestran que Dios estaba con el Hermano Branham. Como dijo el Hermano Bosworth: “Las sanidades son solo la carnada en el anzuelo”. El anzuelo es la Palabra de Dios, así como en el libro de los Hechos, cuando los discípulos obraron milagro tras milagro. Pero lo más importante era y, sigue siendo, que la gente recibía las Buenas Nuevas de Jesucristo.

El siguiente es un artículo que se publicó originalmente el 15 de julio de 1947, en el periódico Winnipeg Free Press.

UN MILAGRO AQUÍ

Ministro sanó la sordera, afirma una joven de 18 años

Un milagro ha ocurrido en Winnipeg.

Esto afirma un ministro de 38 años, vestido elegantemente, de la Iglesia Misionera Bautista (Jeffersonville, Indiana): el Rev. William Branham. Él declara: “Este no es el único milagro de sanidad que he obrado. He ayudado a cientos de miles de personas”.

El lunes, el señor Branham estaba dirigiendo reuniones de sanidad en la iglesia de Sion, cuando ocurrió tal milagro. Betty Lou Hughes de 18 años, procedente de Rockford, Illinois, mencionó que había sido sorda desde que tenía memoria. Escuchó del Rev. M. Branham y unos amigos la llevaron a sus reuniones de Winnipeg. Betty Lou relató lenta y entrecortadamente: “En la reunión, escuché un sonido fuerte, como si hubieran dejado caer algo”.

La señora S. Dry, de Rockford, Illinois, quien llevó a las muchachas, afirma que el señor Branham resucitó a dos personas: una en San Francisco y la otra en Los Ángeles.

Sus milagros ocurren de esta manera, como dijo el señor Branham: “Yo percibo vibraciones causados por los gérmenes de la persona. Normalmente puedo determinar la enfermedad y cuando el diablo deja a la persona, la vibración se detiene”.

Winnipeg Free Press, 15 de julio de 1947

Nunca olviden que el Dios que sanó a Betty Lou Hughes jamás ha perdido Su deseo de sanar. Él declaró en el libro de Malaquías: “Porque yo Jehová no cambio…”. Él también nos dijo en el libro de Hebreos: “Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos”. En Salmos 103 dice: “Bendice, alma mía, a Jehová, Y no olvides ninguno de sus beneficios. Él es quien perdona todas tus iniquidades, El que sana todas tus dolencias”. Si necesitan sanidad, entonces Dios aún está presente para concederles lo que pidieron.