La Hermana Agata tiene 84 años y ha creído fielmente en el Mensaje por muchos, muchos años. El año pasado, durante la primavera, los médicos le diagnosticaron anemia. Ella creyó inmediatamente en su sanidad. Adoptó una dieta especial y creyó que la ayudaría a recuperarse. La dieta contribuyó a mantener regulada la sangre, pero el problema persistió. El médico quería practicarle un examen de médula ósea; pero, ella se rehusó, pues creía que sería curada.
El Recorrido Agapao pasó por Palermo en noviembre del 2018. Ese día, ella se sentía tan débil e indispuesta que no pudo asistir. Su hija (que también es creyente) asistió al recorrido y recibió la Tableta Agapao de su madre.
Después de eso, permaneció enferma durante varios días. Y, finalmente, un día cobró la fuerza suficiente para sostener la tableta. Aunque está un poco familiarizada con los celulares inteligentes, no sabía cómo empezar a usar la tableta (ahora sabe usarla mucho mejor). Entonces la encendió y pulsó el icono del trigo (la aplicación de La Mesa). Este es su testimonio extraordinario. El Hermano Branham dijo mediante el traductor al italiano: “Hermana, Ud. es anémica. Ud. ha sanado, solo ore y crea”. Su hija se encontraba en la habitación y lo oyó. Empezaron a glorificar al Señor y la aceptaron humildemente.
No recuerda cómo llegó a esa cita, ni siquiera cuál sermón era. Solo puede afirmar que en el próximo examen los niveles de hemoglobina resultaron tan normales que el médico no podía creerlo. Después de explicarle que son Cristianas, el médico dijo: “Necesito a esta anciana sentada junto a mí, quizás su fe también pueda ayudarme”.
Que el Señor los bendiga a todos,
Francesco Baio