07/10/2015
La simplicidad

El testimonio de esta hermana nos recuerda bien una de las razones por las que nuestro Dios es tan maravilloso: Él está pendiente hasta de los asuntos más simples de nuestra vida.

Hace casi un mes perdí mi reloj que me habían regalado. Lo busqué por toda la casa, hasta miré en todos los bolsillos de mis chaquetas y le pedí a mi mamá que también buscara; pero resultó en vano. Así que me arrodillé y le agradecí al Señor por encontrarlo, a pesar de que aún no lo tenía.

Gloria a Dios: hace una semana, cuando metí la mano en el bolsillo de la misma chaqueta en el que había buscado un mes antes, allí estaba. Verdaderamente que Dios obra en maneras misteriosas. Yo sé que Dios lo colocó allí.

No importa de lo que se trate, ya sea simple o importante, nuestro Dios nunca falla. Lo único que debemos hacer es creer.

La Hermana Claudia.