31/08/2017
El huracán Harvey

El huracán Harvey es la tormenta más recia que ha azotado a Texas en más de cincuenta años y aún no ha concluido. El sábado por la mañana irrumpió en las ciudades costeras del sureste de Texas y lentamente se adentró en la tierra, vertiendo 120 centímetros de lluvia en Houston. Tras retirarse de la cuarta ciudad más grande del país, el monstruo regresó al mar momentáneamente y luego fijó su rumbo hacia Beaumont, Texas, y Lake Charles, Luisiana. Aunque ya está debilitándose, sigue arrojando su diluvio a medida que se dirige al noreste por Luisiana y finalmente a Misisipi y Kentucky. Hay muchos creyentes por su recorrido.

Harvey ha conllevado la lluvia más intensa en la historia de Estados Unidos. En los alrededores de Houston, cinco millones de personas recibieron por lo menos 100 centímetros de lluvia y gran parte de la ciudad sigue inundada. 132 centímetros cayeron sobre la zona de Cedar Bayou, al este de Houston, lo cual es la precipitación de lluvia más abundante en los Estados Unidos continentales. Dejando unos 122 centímetros sin precedentes en Beaumont, aumentó su precipitación anual a 221 centímetros, lo cual marca un récord anual (y aún quedan cuatro meses). Hemos escuchado de una “inundación cada cien años” o de ciertas “lluvias cada cien años”. Esa frase significa que un evento tiene una posibilidad de suceder entre 100, en un dado año. Los meteorólogos señalan que para que un fenómeno como este ocurra, de tanta lluvia, es cada 1000 años. La cantidad de lluvia es sencillamente abrumadora.

El viernes, publicamos una petición de oración en las Últimas Noticias y nuestro Señor Jesús ha sido misericordioso. Aunque hay millones afectados, cientos de miles desplazados y algunos muertos, no nos han notificado algún problema grave entre los creyentes.

Nos hemos mantenido en contacto con varios pastores de las zonas gravemente inundadas del sureste de Texas y el sur de Luisiana. Nos informaron que muchos creyentes quedaron aislados en sus casas porque las inundaciones obstruyeron las vías de transporte y hasta algunos fueron rescatados por los equipos de emergencia. Sin embargo, todos parecen estar a salvo en el momento.

En este mismo instante, cientos de creyentes oyen cómo el viento y la lluvia azotan sus hogares y sus propiedades. El juicio de Dios está derramándose a su alrededor, pero la Novia no tiene por qué temer. Ella está cobijada y protegida en los brazos de nuestro Señor Jesús.

La oración es la llave; esa es la respuesta. La oración cambia la situación. La oración es el arma más poderosa que se ha puesto en el—el control de los seres humanos. Ninguna bomba atómica o bomba de hidrógeno es tan poderosa como la oración.

Expectación (61-0207)

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