Dios los bendiga, hermanos y hermanas:
Me gustaría contarles la inspiración que el Señor me dio.
Soy una persona que tiende a ser reservada y tímida a la hora de hablar; no obstante, mi corazón está ardiendo constantemente por testificar de la Palabra de Dios y el profeta de la hora. Visitar el sitio web de VGR nunca deja de ser una bendición; cuando leo todos esos testimonios mi fe cobra fuerza y me doy cuenta de que Dios siempre permanece con Su novia. Veo que continuamente publican testimonios concernientes a las vallas. ¡Oh, me encantaría poder colocar una en mi ciudad! También, ¡mi corazón se regocija cuando veo cómo testifican esos hermanos jóvenes de África!
Desearía ser así de segura y que no me acobardara al hablar. Cuando los jóvenes estaban testificando, dejaban sonando los mensajes y recuerdo que escuché una cita que me llegó al corazón: “Hagan algo en alguna parte. No se queden sin hacer nada. Si Ud. lava los platos, pues testifíquele al vecino. Salgan a repartir folletos; hagan algo. No se queden sin hacer nada. ¿Qué tienen a la mano? Pónganse a hacer algo. Y lo que tengan a su alcance, úsenlo”.
¡Oh, vaya! ¡Esas palabras del profeta de verdad me inspiraron! Quizás el enemigo se aproveche de mi timidez; pero ¡no logrará extinguir ese anhelo que arde en mi corazón por compartir la Verdad! Nuestro profeta dijo: “Lo que tengan a su alcance, úsenlo”. Puede que no tenga los medios para alquilar una valla, pero sí tengo papel y tinta. Así que se me ocurrió imprimir carteles que incluyeran imágenes de los tratados, añadirles en la parte inferior tiras de papel que dijeran “themessage.com”, y colocarlos por todo Whittier (un suburbio de Los Ángeles).
Entonces, con la ayuda de un hermano en Cristo hicimos esos carteles. A mi papá le encantó la idea y nos ayudó a colocarlos; además, oró con nosotros por cada cartel. Las últimas veces que he salido a caminar, ¡he notado que están funcionando! ¡Dios está obrando! Qué bendición es saber que la gente se detiene a leer y que de verdad se sienten interesados. Yo sé que muchos piensan que los creyentes que viven en California, en especial Los Ángeles, deberían marcharse. Comento esto, ya que repetidamente nos han dicho a mí y a mi familia que abandonemos este lugar porque se hundirá. ¡Yo ciertamente lo creo! ¡Así ocurrirá! Pero siempre pienso: “¿Si todos los creyentes abandonan California, quién les dará luz a los que viven en este lugar tenebroso y horrible? ¿Cómo podrá ver la gente un testigo y testimonio viviente?”.
Como dice el canto: “Esa lucecita mía la haré brillar”. Sin importar dónde nos encontremos, debemos hacer que la Palabra de Dios brille. Si es la voluntad de Dios, ¡alguien creerá y será salvo! Yo lo creo de todo corazón porque todo es posible con Dios.
Hermanos y hermanas, les pido humildemente que oren por los que vivimos en Los Ángeles, California, para que el Espíritu Santo nos guíe y nos muestre cuándo y a dónde debemos irnos, antes de que llegue la hora. Nuestro único deseo es que nuestras vidas reflejen la voluntad de Dios. También les pido que oren por los que se han interesado en los carteles, para que reciban las bendiciones de la Verdad. Gracias por sus oraciones.
El Señor los bendiga grandemente a ustedes y a sus familias. Siempre recuerdo a la Novia de Cristo en mis oraciones.
La Hermana Yadira
California