01/09/2016
Una curación doble

9 Jesús le dijo: Hoy ha venido la salvación a esta casa; por cuanto él también es hijo de Abraham.

10 Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido.

Lucas 19:9 y 10

La mano del Señor puede sanar cualquier enfermedad, ya sea el resfriado corriente o el temible VIH. Este hermano se encontraba al borde de la muerte, tanto espiritual como físicamente, pero el Maestro le había trazado otros planes. Y esto es aun más importante que su sanidad: él y su familia rindieron sus vidas al Señor Jesús cuando vieron que Él es el mismo ayer, hoy y por los siglos. Este testimonio sobre su curación doble lo envió el administrador de nuestra oficina de Brasil, el Hermano Anderson Vieira.

En el último viaje que emprendimos al sur del país (Brasil), en una de nuestras paradas, dejamos paños de oración a petición de hermanos. Iban a llevarle uno a alguien que, aunque no era Cristiano, quería sanidad. Este es el testimonio de Joel Bezerra da Silva.

Los médicos lo desahuciaron por VIH y anunciaron a su familia que se prepararan para lo peor; ya anticipaban su muerte. Después de que les proporcionamos el paño en la parada, el Hermano Julián, evangelista en la ciudad de Araranguá, Brasil, visitó a Joel en el hospital.

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Su estado era desastroso. Se le habían contaminado los pulmones y el hígado, constantemente escupía sangre y tenía heridas esparcidas por todo el cuerpo. El sábado, 21 de mayo, este hermano oró por él y le colocó el paño. El lunes, habiendo portado el paño durante dos días, el hombre ya estaba de pie, caminando por el hospital.

El Hermano Joel tras su sanidad y su conversión.

Su familia, que vive en el nordeste, al enterarse de lo sucedido, viajó por avión para verlo cuanto antes. A la luz de la situación, toda la familia aceptó el Mensaje y los médicos y las enfermeras del hospital recibieron un gran testimonio. Sus vecinos se maravillaron por el milagro que presenciaron; por tanto, llevaron a cabo un servicio de acción de gracias al Señor en la casa de él, al cual asistieron 30 personas. Después de todo lo que pasó, decidió bautizarse y aceptar al Señor. ¡Fue una doble curación!

Anderson Vieira, de la oficina de VGR de Brasil