10/08/2020
Artículos archivados

El siguiente testimonio se publicó originalmente en la edición de mayo de 1948 de la revista La Voz de Sanidad.

Cuerdas vocales extraídas fueron restauradas

Nuestra hija Judith, cuando tenía cinco años, empezó a quedarse ronca gradualmente hasta que ya no podía hablar más fuerte que un susurro. La llevamos a un especialista de la garganta, y luego a un experto en diagnósticos y a médicos asociados. Ellos extrajeron un crecimiento en sus cuerdas vocales, pero consideraron que podría aparecer de nuevo. Volvió a crecer en tres ocasiones en el transcurso de nueve meses y, cada vez que lo extraían, volvía a crecer. Las dos primeras veces, pudo hablar después de la operación, pero la última vez el crecimiento era tan grande que fue difícil de extirpar.

Cuando nos dimos cuenta de que el crecimiento volvía a aparecer, mi esposo y yo decidimos que, si el Señor quería llevarla a casa, estaríamos de acuerdo, pero primero queríamos que Él tuviera la oportunidad de sanarla. Judith, en ese momento, respiraba con dificultad y sabíamos que, si el Señor no la sanaba pronto, terminaría ahogándose.

Coloqué el pañuelo que me enviaron en su pijama, según las instrucciones. Judith mejoró gradualmente, su respiración se empezó a normalizar y ya no se le cortaba la respiración. Aún así, no podía hablar más fuerte que un susurro.

Pasamos por la línea de oración en su reunión en Saskatoon y el Señor le reveló que necesitaba nuevas cuerdas vocales. Y eso es exactamente lo que ocurrió, pues Judith comenzó a cantar Solo creed en voz alta por primera vez en un año y medio. Empezó a hablar más y más y hasta cantó en el coro de la iglesia. Le resulta más fácil susurrar, pero la animamos a que use su voz cada vez más.

La señora Paul Phillips,

Saskatoon, Saskatchewan

Cuatro años después, la señora Phillips envió un resumen del testimonio de su hija a La Voz de Sanidad, junto con una actualización sobre su sanidad. Publicaremos ese artículo en los próximos días.