Queridos Santos:
Los saludo a todos en el precioso Nombre de nuestro Señor Jesucristo.
Me gustaría compartir un testimonio breve, ya que estoy agradecido en mi corazón. Me llamo Gideon y vivo en Ciudad del Cabo, Sudáfrica. Actualmente trabajo como médico en uno de los hospitales principales de la provincia. En este momento, el hospital está abrumado por pacientes con Covid-19, ya que Ciudad del Cabo actualmente es el epicentro de la epidemia en Sudáfrica. Un día, cuando regresaba del trabajo, comencé a sentir síntomas de Covid-19. Me practiqué la prueba y, a los dos días, mi resultado salió positivo.
De la noche a la mañana, pasé de trabajar turnos largos a estar aislado durante 14 días debido a nuestra política de trabajo. Al cabo de una semana, mi hija de 9 meses también comenzó a mostrar síntomas. Como médico, era consciente de las posibles implicaciones que tenía esta enfermedad para mí y mi familia en casa. Creo que la medicina es un llamado, una forma de servir a Dios y a los demás. El Hermano Branham hasta dice que los médicos son un "regalo de amor" de Dios (La vida es el sanador, 56-0612).
Sin embargo, recordé que a pesar de que mi trabajo era una forma de servir, no era lo principal. Estoy agradecido de que Dios usara esta enfermedad para detener mi vida y dejarme ver que el trabajo me consumía todo el tiempo durante la pandemia. Él me llevó a un lugar como a Elías:
A Dios le gusta tener compañerismo con Su pueblo. Pero no nos quedamos lo suficientemente quietos para que Él tenga compañerismo con nosotros. Estamos tan ocupados brincando de lugar en lugar, y con tanto. “Aquiétate, Elías”. Él quería tres años y seis meses de compañerismo. Nosotros a duras penas podemos darle tres minutos.
Hebreos, Capítulo Dos #1 (57-0825M)
Recordé lo que dice el Hermano Branham con respecto al tiempo a solas:
Pero escuche Su Voz apacible. Cada uno de Uds. que profesa ser Cristiano, logre aquietarse Ud. mismo delante de Él. No deje que el lavado le sea impedimento; no deje que lo impida el trabajo; no deje que nada se lo impida. No deje que nadie sepa lo que Ud. está haciendo. Simplemente vaya delante de Él. Vaya al bosque a algún lugar; oríllese en la carretera. Entre en secreto al clóset y cierre la puerta. Cuando los muchachos vayan a la escuela, entonces arrodíllese. Ud. ha oído toda clase de voces por todas partes, pero sólo hínquese y quédese allí hasta que esas voces sean silenciadas y Ud. comience a subir. Eso lo cambiará a Ud.; lo transformará, como sucedió con este pequeño Samuel. Hará algo en Ud., si tan sólo lo hace. Ahora, hará de Ud. lo que debe ser; hará de Ud. el Cristiano que debe ser.
Escuchad Su Voz (58-1005M)
Me alegra informar que mi hija y yo nos recuperamos bien sin necesidad de hospitalización y que mi esposa no ha presentado síntomas. Me gustaría agradecer a todos los creyentes por sus oraciones y apoyo durante este tiempo y, sobre todo, agradecer a Dios por el período de descanso y comunión. También me gustaría agradecer a todo el personal de salud de primera línea que trabaja incansablemente durante la pandemia, y oro para que Dios consuele a aquellos que han perdido a sus seres queridos durante esta época.
Dios los bendiga a todos,
Gideon Titus
República de Sudáfrica