Su Nombre tiene poder. Hace unos meses, yo tenía unas dudas e inquietudes que necesitaba comentarle a mi jefa. Así que decidí reunirme con ella a una hora en que yo no estuviera con mucho trabajo. Ella me recibió y me atendió muy amablemente. Cuando terminamos de hablar, noté que con su asistente abrían y cerraban cajones y así de esa manera.
Le pregunté qué ocurría y ella me dijo que estaban buscando unos documentos. No lograban encontrarlos y alguien de la oficina principal necesitaba la información que contenían. Pregunté si ya había mirado en cierto lugar y ella contestó que ya había buscado por toda la oficina.
Entonces dije: “Así no se hace. ¿Buscó en el nombre del Señor Jesucristo?”. Ella se volteó y me miró, estaba un poco extrañada. Detuvo la búsqueda y dijo: “Está bien, en el nombre de Dios”. Le dije: “El nombre de Dios es el Señor Jesucristo”, y ella dijo: “Cierto, en el Nombre del Señor Jesucristo”.
Increíblemente, en cuanto terminó de pronunciar ese precioso Nombre, encontró una carpeta y SORPRESA: ¡allí se encontraban los documentos! Todos guardamos silencio por un momento mientras intercambiamos sonrisas. Me retiré de la oficina en asombro y fui a contarles lo sucedido a mis compañeros de trabajo. Ciertamente disfrutamos del momento.
“Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos”. “Todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo haré”. Aleluya, somos muy privilegiados.
El Salvador