28/09/2016
Informe de la oficina de VGR

Los informes mensuales como este ayudan al Departamento misionero a entender las necesidades específicas de la zona de cada oficina. No hay dos oficinas iguales ni tampoco que enfrenten los mismos obstáculos en la administración del trabajo local. Estos informes detallan todo, desde solicitudes de material y falta de espacio en la oficina hasta noticias de los creyentes locales.

El siguiente es un informe de ultramar del Hermano Arthur Vass, administrador de la oficina de VGR de Windhoek, Namibia. Namibia es uno de los países menos poblados del mundo. Windhoek, con 325.000 habitantes, constituye el núcleo de la población y la única gran ciudad del país. En las afueras de Windhoek, habitan diversas tribus que hablan varios idiomas. El inglés es el idioma principal del país, pero estamos trabajando en traducir el Mensaje a algunos dialectos nativos, como el kuanyama y el herero, a fin de atraer a la población rural.

Biblioteca de Namibia: informe de mayo del 2016

Visitantes

210 personas visitaron ambas bibliotecas.

Informe del alcance misionero en el mercado de Soweto

A diario el Hermano Marius sigue alcanzando a los transeúntes de las calles de Katutura mientras trabaja en nuestra biblioteca misionera del mercado de Soweto. Este es su informe concerniente a algunos sucesos que ocurrieron en el trascurso del mes:

Unas muchachas de Okavango pasaron por la biblioteca y se mostraron muy interesadas en los libros. Una compró el folleto Como el águila excita su nidada. Una señora visitó la biblioteca y se llevó material en afrikáans. También nos visitó un hermano del Congo, quien compró Las setenta semanas de Daniel

Un turista, probablemente de Alemania, vino y se llevó unas fotografías y también una tarjeta de testificar en inglés.

Alcance misionero en Ovitoto

Nos complace sumamente contarles sobre los hermanos que están organizando reuniones misioneras en zonas de la tribu herero y en Ovitoto. Los hermanos Future, Elías y Uoakatora visitan Ovitoto con regularidad, donde establecieron una congregación pequeña que escucha el Mensaje. Les di a estos hermanos la dirección de la familia del Hermano Ruben y prometieron contactarlos.

El Hermano Uoakatora también lleva a cabo obras misioneras en lugares como Okakarara.

En un viaje reciente a esa zona, oró por el hijo del líder de la tribu herero. Este niño en particular sufría de una enfermedad que dejó desconcertados a los médicos y no lograron encontrar un doctor que pudiera ayudarlo. Luego de orar, el Señor sanó al niño, por lo que el líder quería colmar de regalos al Hermano Uoakatora, pero él se rehusó. Cuando el líder se enteró de que en el 2014 habíamos organizado reuniones allí, le comentó al hermano que si alguna vez regresaba con el Evangelio sería bienvenido en cualquier lugar. La tribu herero cree firmemente en la adoración a los ancestros y la brujería; por tanto, no es fácil recibir una invitación así.

Si el material del Mensaje se traduce al idioma herero, con el consentimiento de VGR, las obras misioneras como esta se beneficiarán grandemente. El pueblo herero es orgullosamente tradicionalista y antepone su idioma a cualquier otro; por consiguiente, es necesario hablar su idioma si se procura influir en ellos. Esperamos con ansias el Mensaje en ese idioma.

Evangelización en las calles

Decidimos llevar a cabo obras de evangelización en las calles todos los sábados. El Hermano Heinrich Sam es un técnico de audio autodidacta que fabrica y vende equipos de sonido. Él se sintió dirigido a hacer algo por el Señor, así que me visitó y conversamos sobre la idea de colocar sermones del profeta en la calle. Sin embargo, había un pequeño inconveniente: no disponíamos de un generador que le trasmitiera electricidad al equipo, por lo que resolvimos pedirles a los creyentes de las determinadas zonas que nos dejaran usar su fuente de energía.

El último sábado de mayo, me levanté muy temprano, pues no podía dormir, y decidí encargarme de algunos preparativos que necesitábamos resolver. Al concluir, me dispuse a orar entre las 3:00 y las 4:00 de la mañana. 

Mientras oraba escuché un sonido suave que provenía de la puerta, pero imaginé que se trataba del viento y proseguí con mi oración. Entretanto, una escritura de Génesis, en la que Dios le habla a Caín, acudió a mi mente. La recordé así: “El enemigo está a tu puerta, pero debes dominarlo”. Esas fueron las palabras exactas que me sobrevinieron en ese momento.

Pensé: “Es verdad”. Así que oré: “Señor, el enemigo está en mi puerta, pero, ¿cómo puedo dominarlo si Tú no estás conmigo?”.

Los sonidos en la puerta persistieron durante mi oración, así que dije: “Señor, me esperas un minuto” y me levanté para averiguar que pasaba. En cuanto toqué la perilla de la puerta, oí que alguien corría con todas sus fuerzas hacía el portón. Nunca había escuchado que corrieran con tanto estrépito. ¡Tap, tap tap! Cuando salió por el portón, quedé perplejo al pensar en lo que en realidad procuraba lograr. Los ruidos que escuché los produjo el forcejeo de la cerradura.

Pensé: “¡Vaya! ¿Acabó de orar por eso? Debió ser el Señor advirtiéndome”.

Hace una semana, cuatro hombres asaltaron la casa vecina, ubicada al otro lado de la calle, en la que se encontraba la muchacha encargada de cuidarla. A pesar de las barras de hierro que protegen la casa y los gritos de ayuda de la muchacha, forzaron la puerta del enrejado, la amenazaron con un chuchillo y se llevaron el televisor de pantalla plana y los celulares que encontraron antes de que llegara el policía que vive en la calle de enfrente. Así de audaces se han vuelto estos enemigos. Pero el que estaba en mi puerta sin duda se llevó un susto de muerte por alguna razón. Me sorprende que lo haya intentado, pues el carro estaba estacionado, la luz encendida y era casi evidente que la casa se encontraba ocupada.

Al día siguiente viajé con el Hermano Heinrich a Katutura, donde pasamos un tiempo maravilloso. Instalamos el equipo enfrente de la casa de la Hermana Gawases. Él trajo un altavoz pequeño, un mezclador y un computador portátil, y me aseguró que el sonido se alcanzaría a oír desde muy lejos. No le creí hasta que lo comprobé; él tenía razón. Le preguntamos al Señor qué podíamos hacer en esa zona, pues queda cerca de un centro comercial y la gente entra y sale a toda prisa.

Apenas se acercaban y luego se marchaban. Nos dimos cuenta de que nadie se quedaría a escuchar un sermón completo, así que nos sentimos inspirados a colocar varias grabaciones de La Cita del Día consecutivamente. De inmediato, descendió una presencia maravillosa que nos llenó del denuedo que solo el Espíritu Santo puede infundir.

Con estas citas resonando hasta muy lejos, empezamos a repartir tarjetas de testificar entre los transeúntes que escuchaban las citas. La voz del Hermano Branham se asemeja a la de un león. Solo ruge verdad tras verdad, lo cual lo detiene a uno en seco. Cuando la gente se preguntaba: “¿Quién es este hombre que puede hablar así?”, les entregábamos una tarjeta con la dirección del sitio web.

Verdaderamente pasamos unas 3 o 4 horas grandiosas dedicándonos a colocar citas que despertaran el interés de los transeúntes, intercaladas con música. 

Entretanto, un creyente de Zimbabue que se descarrió un poco escuchó la voz y nos abordó para preguntarnos la ubicación de las iglesias del Mensaje. Llevaba cierto tiempo en Namibia, sin asistir a ninguna iglesia; sin embargo, el escuchar de nuevo esa voz le infundió el deseo de volver a congregarse.

El pastor Cleopas llegó inmediatamente después, así que los presentamos el uno al otro y él le proporcionó indicaciones al hermano. Aún si él hubiera sido el único propósito de nuestro viaje ese día, ¡con toda seguridad habría valido la pena! Pasamos un momento tan maravilloso que decidimos proseguir con esta idea hasta que el Señor nos señale instrucciones distintas con respecto a las zonas que aspiramos alcanzar. No es de considerables dimensiones, pero quedamos satisfechos con el primer día.

Les agradecemos grandemente por todo lo que hacen por nosotros. Gracias por los sermones traducidos. Estamos ansiosos por escucharlos en las zonas a donde el Señor nos guie.

Que el Señor los bendiga ricamente,

El Hermano Arthur

Oficina de VGR de Namibia