28/09/2015
Así se encendió la vela

Este hermano vive en un lugar muy peligroso para los Cristianos. Él ha visto que torturan y asesinan a la gente por causa de sus creencias, pero eso no afectó su determinación cuando leyó una poderosa escritura afuera de una pequeña iglesia. Las persecuciones se presentan en diversas formas; sin embargo, este hermano no dejó que esa situación fuera un impedimento para que su vela se encendiera.

Queridos hermanos y hermanas:

Me llamo Asif Basharat y tengo 39 años. Nací en Pakistán, en una familia católica donde fui criado en esta religión. Hice una maestría en mercadotecnia y afortunadamente conseguí trabajo en un banco ubicado en mi ciudad natal, Faisalabad. A lo largo de mi vida en Pakistán, experimenté toda clase de actitudes en la escuela cuando niño y también en la universidad cuando joven.

Me negaron los derechos de un ciudadano del país y vi iglesias ardiendo en llamas y personas ser quemadas vivas. Siempre busqué a Dios para que me consolara y le concediera paz a mi mente y mi corazón; pero en mi interior siempre me sentía perturbado. Cada vez que sufría persecución a manos de los musulmanes o veía que quemaban las iglesias, no lograba comprenderlo. Estaba muy confundido. Asistía a la iglesia y leía la Biblia en casa, pero no me sentía cómodo con mi vida.

El domingo, 5 de octubre del 2014, iba de camino a la iglesia en mi motocicleta, cuando de repente me encontré en frente de otra iglesia cerca de mi casa. Me detuve y leí el versículo que estaba escrito en la fachada de la iglesia. La Palabra de Dios dice:

Por tanto, os digo que todo lo que pidiereis orando, creed que lo recibiréis, y os vendrá.

Marcos 11:24

Me conmocionó tanto que entré a la iglesia donde había leído el versículo. Allí conocí al pastor y le pregunté: “¿Cómo puedo creer que yo recibiré mi petición?”. Él me dijo que regresara por la tarde. Me sentía diferente. Tenía muchas dudas y cuando me encontré con el pastor esa tarde le pregunté: “¿Seré yo un creyente?”. El respondió: “Debemos nacer de nuevo y aceptarlo a Él por decisión nuestra a fin de creer en Él”, a lo cual respondí: “Estoy listo; quiero vivir conforme a la voluntad de Dios”.

Él me bautizó en agua y yo le pedí a Dios que me perdonara por mi vida pasada, pues había dudado de Él. Desde entonces llevo una vida nueva y he hallado paz en mi mente y mi corazón. Además de trabajar en el banco, comencé a servirle a Su pueblo de Pakistán proveyéndoles el Mensaje. Dios me mostró que cuando vemos que persiguen a los Cristianos a causa de Su Nombre, no hay que guardar silencio.

Hoy en día, lidero un grupo del pueblo de Dios y le servimos a las personas con hambre de esta Palabra. Tenemos grupos para estudiar la Biblia y llevamos a cabo programas misioneros para compartir Su Palabra y distribuir Biblias y también un programa para ayudar a los huérfanos.

Estoy muy feliz por esta nueva vida. Le doy gloria a Dios por el amor que me ha demostrado.

Dios los bendiga,

Pakistán