Cuatro o cinco hombres estaban allá parados, con sus rifles recargados contra un árbol, había muchas rencillas, y ellos estaban cortando madera.
Y uno de ellos estaba hablando, dijo: “Yo creo que ese predicador dijo la verdad”.
Y uno de ellos dijo: “Ese servicio estuvo muy [grosería-grosería] bueno”. Supongo que era la única forma que tenía de expresarse.
Y había, me acerqué a donde se encontraban, y estaban hablando, y uno tenía un gran bocado de tabaco, se veía así de pronunciado a un lado de la boca; tenía la mejilla abultada. Él era el que lideraba la conversación. Cuando me acerqué, dije: “Hola”, y ellos se voltearon, este sujeto corpulento me miró, se tragó ese bocado de tabaco, se quitó el sombrero y dijo: “Buenos días, Pastor Branham”.
Yo pensé: “¡Vaya! Eso era suficiente casi para matarlo”, ese gran bocado de tabaco así.
El Hermano Branham
Con frecuencia, en nuestra escuela dominical, les pregunto a los niños si aman a Jesús. Todos levantan las manos; luego, les preguntó por qué Lo aman y ellos respondían porque Él sana a los enfermos, nos amó primero, nos da todo lo que necesitamos, apacigua las tormentas y demás. Está vez, mi hijo menor, Zion, respondió que ama a Jesús porque Él le dijo al Hermano Joseph que hiciera las marionetas.
El Hermano Dickson
Aún llenará tu boca de risa, y tus labios de júbilo.
Job 8:21
Me gozo tanto que un hombre pueda vivir tan cerca de Dios, al grado que el diablo no sabe qué hacer con él.
El Hermano Branham
Acabo de enviar una petición de oración con respecto a una suma de dinero que perdí y tengo que contarles esto: casi inmediatamente después de enviar la petición, el Señor me recordó que ya había gastado ese dinero en algo para mí bebé. Busqué el recibo y efectivamente era la misma cantidad que creí que había perdido. ¡GLORIA A DIOS! Encontré el dinero: el supermercado lo tiene.
La Hermana Joy
Hace unos meses, mientras lavaba los platos, escuché esta conversación entre mi hija de cuatro años y mi hijo de ocho. Mi hija se colocó una goma elástica sobre cada oreja y se acercó a su hermano, quien estaba haciendo tareas en ese momento. “Ben, ¿te gustan mis aretes?”, le preguntó en el tono más cautivador que podría lograr una niña de cuatro años. Ben la miró y siguió haciendo su tarea. “Por supuesto que no”, respondió. “Bueno, a mí me gustan”, dijo ella. “Así que eres una pecadora”, dijo Ben con franqueza. “Todos somos pecadores”, replicó ella aún en ese tono cautivador. “Así es, pero ¡yo soy un pecador salvo por gracia!”, contestó Ben con voz triunfante.
La Hermana Nicole
“Pues, yo soy un Presbiteriano”. ¡Oh! Eso no tiene nada que ver en Eso, es como decir que “un cerdo con una silla de montar es un caballo de carreras”.
El Hermano Branham
Dios los bendiga ricamente a todos. Siempre he recibido bendición leyendo todo lo que publican en el sitio web de VGR: la Cita del Día, las cartas de prisioneros, los artículos del Hermano Branham y otros creyentes, y todo lo demás. Acabo de leer el artículo “Sonrisas” y espero que esta frase los haga sonreír, pues pienso en toda la critica que ustedes deben soportar: “Un crítico es un hombre sin piernas que enseña a caminar”.
El Hermano Benn
El corazón alegre constituye buen remedio; mas el espíritu triste seca los huesos.
Proverbios 17:22