Saludos a Su Novia de todo el mundo:
Quería compartirles un breve testimonio sobre lo que el Señor hizo por mí hace poco durante mi Tiempo a Solas. Espero que les dé ánimo a mis compañeros del ejército del Señor.
El sábado por la mañana, estaba escuchando un mensaje que trata sobre toda la armadura de Dios y la postura de un Cristiano en la batalla contra Satanás. Como todos sabemos, hoy en día, predominan las asechanzas del diablo y sus ataques más agresivos van dirigidos a nosotros. Parece que el diablo diariamente me dispara una nueva flecha.
La más grande batalla jamás peleada prevalecía en mi mente; en mi corazón se había arraigado ese tema, el cual el Señor me mostró en una manera maravillosa. Medité en el estandarte que el Señor nos levantó para este día: ¡Su Palabra!
Mientras escuchaba y conversaba con Él, el Señor habló a mi corazón acerca de la Espada de dos filos, de la cual leemos en la epístola del apóstol Pablo y escuchamos en las enseñanzas del profeta de Dios. A partir de esa mañana, la Espada de dos filos de Su Palabra escrita y Su Palabra hablada cobró un nuevo significado para mí.
La Espada que Él me dio tiene dos filos y es tan aguda que corta al enemigo por ambos lados. Algunas veces utilizo un filo de la Espada para cortar al enemigo con el “escrito está”, citando un versículo de la Biblia, y otras veces utilizo el otro filo de mi Espada diciendo: “Así fue hablado” y mencionando una cita del Hermano Branham. Esto siempre corta al diablo.
Cuando noto que el diablo se acerca o algo ocurre, no solo utilizo mi escudo de la fe y mi yelmo de la salvación, sino que también desenvaino mi espada y prosigo a enfrentarlo. Yo nunca me quedo en la defensa; como un hijo de Dios, salgo a contraatacar a los “filisteos” que se presenten en mi vida. Y, amigos, les cuento que he estado cortando a todos los enemigos que se me interponen, tal como los hombres de la antigüedad que se abrieron camino cortando a los filisteos. ¡Gloria a Dios!
Me he dado cuenta de que los mismos “filisteos” que he estado combatiendo ya no me atacan tanto como antes. Quizás, se debe a que ya saben que desenvainaré ante ellos mi Espada de dos filos. Cuanto más leo la Palabra y escucho Su Palabra hablada, más se afila mi Espada. Aún cometo errores a diario, pero prosigo en la batalla, cortando a los enemigos que se presenten al blandir la Espada de dos filos.
Solo quería compartirles el significado que la Espada de dos filos tiene para mí. Los animo a todos ustedes, hermanos y hermanas, a que desenvainen su Espada cuando el enemigo llegue.
Nosotros tenemos el arma más poderosa del Cielo y la tierra. Ningún diablo puede hacerle frente y yo estoy usándola.
El Hermano Michael