14/09/2016
¡Dios también guía a los niños!

Todos podemos sonreír y regocijarnos con el testimonio de alabanza de esta familia. Cuando robaron su vehículo, la familia, junto con los santos, recurrió a la oración y la respuesta llegó de la forma más inesperada.

Un miércoles por la noche, nos acostamos después de llegar de la iglesia. Sin embargo, mi hijo seguramente no podía dormir y, como a medianoche, vio que las luces de un auto se reflejaban en el techo (su habitación queda en el piso de arriba y tiene una ventana frontal que mira a la calle).

Se asomó exactamente cuando sacaron la camioneta de mi esposo del antejardín y se alejaron por la calle. De inmediato nos comunicamos con el departamento de policía, el cual acudió a nuestra llamada y registró toda la información. A la mañana siguiente, mi esposo se valió de la camioneta de mi hija para ir a trabajar y luego ella me acompañó a hacerle un favor a un amigo que se encontraba fuera de la ciudad. Todos quedamos un poco impactados por lo que nos pasó y pensábamos que tendríamos que comprar un nuevo vehículo. Enviamos una petición de oración desde el chat grupal que un hermano creó para nuestra iglesia con ese propósito. 

Entretanto, al otro lado de la ciudad, en la casa de mi nuera, mi nieta de dos años estaba empecinada en salir. Su mamá la ignoraba, diciéndole que esperara, pero Lillian le llevaba los zapatos y seguía insistiendo. Rindiéndose, al final la llevó al porche ¡y en ese preciso momento la camioneta de mi esposo pasó en frente de su casa! Tras llamar de inmediato al 911, doblaron a otra calle, pero retrocedieron y volvieron a acercarse.

Antes de colgar, pensó que la habían perdido de nuevo, ¡pero al volver la mirada la vio retroceder, encaminarse por la misma calle y estacionarse! A los pocos minutos llegó un coche de la policía y recuperamos la camioneta. ¡Ni siquiera habían pasado 12 horas! Todo se redujo a un leve rayón por un golpe que le dieron en el parachoques delantero. Ni siquiera hurtaron el contenido: la herramienta costosa y lo más importante, las credenciales de mi esposo que le requieren en el trabajo y el título de propiedad de la camioneta, que se nos olvidó retirar de la guantera.

Pudimos fácilmente perder la camioneta para siempre. Roban muchos vehículos para desmantelarlos o venderlos por piezas. Aun antes del amanecer pudieron haberla trasladado a Oklahoma o Texas, estados vecinos de donde vivimos (en Arkansas, a las afueras de Hot Springs). No hace falta decir que nos sentimos muy agradecidos porque Dios permitió que nos la devolvieran y nos brindó un gran testimonio que compartir. Dios sí responde la oración, aun cuando se trata de necesidades materiales, ¡y obra por medio de los niños!

¡Gloria al Señor por todo lo que ha hecho por nosotros!

La Hermana Michelle

Estados Unidos