14/09/2015
Cartas de prisioneros

¡A todos nos encanta leerlas! Los siguientes son extractos de algunas cartas que recibimos recientemente de nuestro ministerio en las prisiones:

Le agradecemos al Señor por la gran obra de su ministerio, por permitirnos contactarlos desde aquí en la prisión y por la ayuda que nos brindan. En este momento hay 30 personas asistiendo a nuestros servicios. Nos reunimos diariamente a hablar de la Palabra, los milagros de Dios y de cómo vivir como un Cristiano.

Alabama

El Señor los bendiga en la obra que están llevando a cabo. Quería decirles que me gustan mucho los libros del Hermano Branham y que me ayudan a acercarme más a Dios.

Texas

Estaba en la biblioteca decidiendo qué leer y entonces vi un libro del Hermano Branham; ese nombre me sonó familiar. Recordé que alguien que conocí cuando joven leía sus libros y que una vez lloré al escuchar la historia de un cordero que le rompieron la pata. Bueno, me llevé el libro a mi celda; pero todo el tiempo estuve meditando en esa historia. Recordé que el cordero no obedecía, así que el pastor tuvo que romperle la pata para que aprendiera. Entonces, empecé a llorar. Al igual que el cordero, yo no obedecí; por eso me encuentro aquí. Por favor, envíenme libros del Hermano Branham. Necesito consejo y oración; necesito a Dios en mi vida.

New Hampshire

Acabo de leer el libro Un hombre enviado de Dios. Le comenté a mi amigo que un hombre que puede hacer tales cosas ciertamente es de Dios. Les digo, jamás me había entusiasmado así. Por favor, envíenme libros del Hermano Branham.

Texas

Llevo recluido 26 años. Desde hace unos cinco años dejé de practicar magia negra. Fue el hambre por creer en algo la que me llevó a sumergirme en eso. Luego, conocí a otro preso que no le asustaba nada de lo que hacía; creí que él poseía un gran poder. Unos meses después, le dije que él poseía mucho poder porque yo había estado tratando de dominar su espíritu. Él solo me miró con una sonrisa y se retiró. Pasados unos meses, hice el intento nuevamente, con los mismos resultados. Le pregunté: “¿Qué practicas?”. Él contestó: “Nada, simplemente creo”. Le conté que yo era un practicante muy poderoso del vudú y él dijo unas palabras que jamás olvidaré: “Niños muriéndose de hambre comerán de la basura”. Tiempo después regresó y me dijo que ya salía de prisión y quería darme un libro. Bueno, tardé como un año en leerlo todo. Hay una unción muy fuerte en ese libro. Dejé de practicar magia negra y eso ha quedado muerto. Un preso vio el libro que tenía y me trajo otro. Hasta ahora, tengo Un profeta visita Sudáfrica y Sed. Quería más libros y entonces vi en el tablón de anuncios la fotografía del profeta y la dirección. Así que les pido que me envíen el libro Las edades de la Iglesia y otros más. Hoy en día tengo y leo la Biblia, y soy un creyente; abandoné esa caneca de basura. Dios bendiga a aquellos que proveen este material.

Texas

Creí que me habían olvidado. Hace unos dos meses solicité material, pero nunca lo recibí. Entonces, me llamaron del departamento de propiedad. Cuando fui, me preguntaron si quería un paquete que se encontraba allí desde hacía meses, pues necesitaban organizar. Yo quedé confundido, ya que no sabía nada del paquete. Me lo llevé a mi camarote y comencé a leer. Entonces me di cuenta que todo ese tiempo los folletos ya estaban aquí, pero yo no estaba preparado para leerlos. Soy consciente de eso por la actitud que tenía en ese entonces. Oren por mí, pues tengo un largo camino por delante.

Arizona

Quería ofrecerles mis más sinceros agradecimientos por el libro que me enviaron: Las edades de la Iglesia. El acceso a buena literatura Cristiana es muy limitado y aun más cuando se trata de libros con un contenido tan Espiritual como estos. Les contaré algo: aquí, el nombre del Hermano Branham únicamente se pronuncia con reverencia. No hubo ningún hombre que impartiera tal verdad y claridad espiritual. A su trabajo se le da un buen uso. Luego de leer un libro por tercera vez, lo coloqué en la biblioteca y al día siguiente había desaparecido. Verdaderamente creo que en este lugar todos leen los libros.

Florida

Dios los bendiga por su trabajo; muchas vidas han cambiado gracias a su obra. Soy creyente y desde hace un tiempo he estado recibiendo literatura. Una vez al mes se organiza una reunión de liderazgo muy importante, en la que siempre nos hacen preguntas. Me da vergüenza, pero tengo que reconocer que me reí un poco la primera vez que me invitaron. Discuten muchos temas; pero lo que nunca falta en cada reunión es la lectura de un capítulo de Las edades de la Iglesia. Me asombré y me llené de felicidad cuando lo escuché. ¡Qué bendición! Por favor, envíenme más libros de Las edades de la Iglesia; están cambiando vidas.

Nueva York

Me aprendí bien la Biblia durante varios años y podía enfrentarme con cualquiera que viniera aquí. Entonces recibí el libro Los siete sellos. Lo que se siente cuando le bajan los humos a uno. Jamás había escuchado a un hombre hablar así. Oh, sí hubo uno así en este mundo; pero en realidad no era un hombre normal, sino el hombre Dios. Leí cosas que jamás habría podido saber, al menos no en la dirección en que iba. Verán, cuando uno piensa que se las sabe todas y que conoce las respuestas a todas las preguntas, uno como que deja de estudiar. Me di cuenta que tenía todas las preguntas equivocadas. Aquí se pasa a otro nivel, lo cual es como entrar a un lugar que no es físico, sino espiritual; es un gran cambio. Les agradezco mucho por enviarlo. Por favor, envíenme más, pues todos los libros ahora tienen otro significado para mí.

California

Estaba buscando libros en los estantes de la biblioteca, cuando, detrás de los otros libros, me encontré con un libro viejo y gastado que ya no tenía caratula. Me pregunté por qué no lo habían echado a la basura. Alguien le había escrito “Edades”. Sentí curiosidad. Bueno, leí el libro, luego lo volví a leer y ya voy por la mitad de la tercera vez. Averigüé su dirección y les escribo para que nos envíen otro para remplazarlo y evitar que este se deshaga en tres pedazos. También, me gustaría uno para mí. Sé que suena egoísta; pero, por favor, quiero uno. Estuve meditando al respecto y, ¿saben?, siento como si esto estaba destinado a pasar.

Georgia

Llevo tres años estudiando las enseñanzas de nuestro precioso profeta, el Hermano Branham. Le debo la vida a sus enseñanzas. Soy un hombre nuevo lleno del Espíritu que solo proviene de Dios, ¡por lo cual alabo el Nombre de Jesucristo! Crecí y asistí a la escuela en Tennessee. Me casé y formé una familia. Entonces, un día, vinieron a donde trabajaba para pedirme mis papeles. No sabía qué necesitaban, hasta que me preguntaron mi lugar de nacimiento; respondí que había nacido en México.

Me dijeron que era un inmigrante ilegal y me llevaron a mi casa. Allí, después de revisar todos mis papeles, me arrestaron. Tuve que abandonar a mi esposa y mis hijos. La única razón por la que pude resistir estos tres años que han pasado es este precioso Mensaje. Me siento triste, pero también feliz, pues sé que este era el plan de Dios. Les pido a todos que oren por mi familia y por mí para que todo salga bien. Cuando lean esta carta, ya me habrán deportado a México, donde solicitaré que me permitan regresar a mi familia y ¡les contaré a todos que hay un profeta en este mundo! De nuevo, gracias por esta nueva vida y que Dios bendiga a todos los miembros de mi nueva familia.

Mississippi

Hace años empezaron a llegarme los libros y siempre que recibo otro significa una renovación para mi alma. Aun cuando los vuelvo a leer, siento como si me fortaleciera y me refrescara con un trago de agua fresca. Debo admitir que tardé un poco en entender que el Hermano Branham excluye todas esas doctrinas que han surgido por décadas y nos guía a la auténtica Verdad, de nuevo a las enseñanzas originales que fueron impartidas cuando las sandalias de los apóstoles hollaban la tierra. No hay añadiduras ni cambios; ¡cuán maravilloso! Algo que de verdad me parece asombroso es que estas Verdades las han dejado a un lado por muchos años, hasta que Dios envió a Su profeta para manifestarlas en la Luz. ¡Gracias, Jesús! Para mí es imposible, no puedo soltar los libros. Me siento y leo la Biblia, palabra por palabra.

Connecticut