Norte de México
Información de contacto
Contacto de la oficina:

Francisco Viramontes

Dirección de la oficina:

Calle Zapopan #4205
Col. Residencial Cedros
Monterrey, NL
MEXICO

Teléfono: 52 (81) 4444 1968
Correo electrónico: monterrey@vgroffice.org


Demografía del país

Capital:
Ciudad de México

Población:
109.955.400

Idiomas:

  • español
  • dialectos mayas
  • nahuatl
  • dialectos indígenas

Religiones:

  • católica romana: 76,5 %
  • protestante: 6,3 % (pentecostal: 1,4 %, testigos de Jehová: 1,1 % y otras: 3,8 %)
  • otras: 0,3 %
  • sin especificar: 13,8 %
  • ninguna: 3,1 %

Esperanza de vida:
75,84 años

PIB per cápita:
12.800 USD

Datos interesantes:
El trópico de Cáncer divide a México en zonas templadas y tropicales, lo cual lo convierte en uno de los países con mayor diversidad de climas en el mundo. México también figura entre los 18 países megadiversos del planeta, pues alberga a más de 200.000 especies diferentes, lo cual representa entre el 10 y el 12 por ciento de la biodiversidad mundial.

Ubicación:
Se encuentra en Centroamérica y limita, entre Belice y Estados Unidos, con el mar Caribe y el golfo de México y, entre Guatemala y Estados Unidos, con el océano Pacífico norte.

Personal de la oficina

Francisco Viramontes

Administrador de la oficina

Historia del administrador:

Mi familia me crió en la religión católica, más por tradición que por convicción. Como a los 20 años, después de vivir sin ningún interés en Dios, empecé a sentir un anhelo que nunca había tenido antes. Pensé que había llegado la hora de ser un verdadero católico, así que acudí a la Iglesia católica, me uní al grupo de la iglesia y me encargué de tocar la guitarra eléctrica, aunque mi fuerte era la batería. Nunca me la prestaron. Unos meses después, me di cuenta de que ese anhelo aún palpitaba en mi interior. El sacerdote nunca nos instruyó sobre leer la Biblia o buscar más de Dios; solo nos pidió que llegáramos puntualmente a la misa y que no olvidáramos entregar la ofrenda. Entonces decidí ignorar lentamente esa extraña necesidad de “algo” y dejé de asistir a la iglesia.

Tiempo después, un hermano nos sugirió que compráramos una Biblia para que viéramos la verdad de todo. Yo y mi esposa (aún no nos habíamos casado) decidimos comprar una Biblia y leerla. Ella la leía por la mañana y por la noche yo me la llevaba a mi casa para leerla. Este mismo hermano me envió un libro extraño llamado La revelación de los Siete Sellos (no estaba en el formato actual que ofrecemos en VGR, sino escrito a máquina). Creo que no era el momento oportuno para que leyera el libro y además la traducción era un poco difícil de entender. Tiempo después, me prestaron dos mensajes: La tempestad que se aproxima y Una vez más, Señor, los cuales pude entender perfectamente. Estaban redactados en un estilo muy placentero de hablar (como lectura) de lo que Dios nos ha dado.

Sin darme cuenta, ya había leído desde Génesis hasta Crónicas y también todo el Nuevo Testamento; lo que ahora importaba era obedecer la Palabra. Como provengo de un hogar católico, las tradiciones estaban muy arraigadas, especialmente en Navidad, cuando colocábamos un árbol y un pesebre. Éramos cuatro muchachos, y cada uno tenía su “niño Jesús”. Cada año nos turnábamos para arrullarlo y luego acostarlo, y ese año era mi turno. Llevaba leyendo la Biblia solo 4 meses, así que abrí mi Biblia en Éxodo 20:3. Tenía que tomar una decisión; entonces hablé con mis padres y les dejé claro que eso estaba errado y que ya no participaría en eso.

Pasado otro año, con mi novia seguimos leyendo la Biblia y el Mensaje. Nuestro conocimiento sobre la Palabra crecía significativamente cada vez que leíamos otro libro. Un día leímos Marcos 16, donde dice: “El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado”. Luego, en el Mensaje, el Hermano Branham insistía en que teníamos que ser bautizados, pero exactamente cómo enseña la Biblia en Hechos 2:38: “En el nombre del Señor Jesucristo”. Fue entonces cuando empezamos a buscar una iglesia donde nos bautizaran. Después de visitar varias iglesias pentecostales y otras denominaciones, nos dimos cuenta de que ninguna bautizaba conforme a la Biblia. ¡Gloria a Dios! Encontramos un lugar donde bautizaban correctamente y, el 2 de diciembre del 2000, sin siquiera considerar la fría temperatura de Monterrey (7 ºC bajo cero), nos sumergimos en las aguas. Una capa de hielo cubría las aguas donde nos bautizaron.

Este Mensaje nos infundió el deseo de llevárselo a cada persona sobre la faz de la tierra; bueno, al menos repartirlo de México hasta Chile era nuestra aspiración. Queríamos viajar para entregar las pocas fotocopias que teníamos y las Biblias que habíamos comprado con las primeras ganancias de nuestras ventas. Quería utilizar un Jeep Willys 1960 que acababa de comprar para llevar el Mensaje a territorios donde un vehículo convencional no podría llegar hoy en día. Dios hace que el gobierno pavimente las vías y construya carreteras mejores para que yo pueda llevarle este precioso Alimento espiritual al pueblo hambriento de Dios.

En octubre del 2008, me ofrecieron el cargo de distribuidor —un trabajo que siempre quise—. En esa época tenía un trabajo muy prometedor. Por 5 años aspiré a un cargo de ingeniería de calidad en una de las mejores empresas nacionales y finalmente lo conseguí. Pero eso no me detuvo, pues ahora me dedicaría a algo que siempre anhelé desde que conocí al Señor Jesucristo. Compartiría el Mensaje; esta vez ya no serían fotocopias, sino los libros y las cintas originales. Aunque no viajo hasta Chile repartiendo el Mensaje, aun así, los cinco estados en donde distribuimos son inmensos. Sin duda Dios equipa a Sus siervos para la obra. No puedo imaginarme cómo sería si no disfrutara tanto viajar y conducir por carretera.


La Hermana Karina Serna:

Le agradezco al Señor Jesucristo por permitirme conocer este maravilloso Mensaje de la hora. Tenía 15 años cuando empecé a leer los mensajes que un hermano nos traía a mi mamá y a mí. Yo compartía los mensajes con mi esposo, mi novio en ese entonces, y un día decidimos dedicarle más tiempo a Dios. Empezamos comprando una Biblia y seguimos leyendo cada mensaje que recibíamos durante todo un año. Llegó un momento en el que ya no podíamos vivir sin estar bautizados; con solo leer y escuchar los mensajes en casa sentimos esta apremiante necesidad.

Un impedimento que tuvimos fue que no conocíamos ninguna iglesia de Monterrey que creyera el Mensaje. Sin embargo, este hermano nos sugirió que buscáramos calle por calle hasta encontrar una. No tardamos mucho en encontrarla; allí nos bautizamos y, al año siguiente, allí también nos casamos. Este es mi testimonio y estoy muy agradecida con mi Señor porque siempre nos guía a hacer lo mejor, lo cual se evidencia con este trabajo que desempañamos, que siempre anhelamos desde nuestra juventud.

Dios los bendiga

 

Historia de la oficina:

En noviembre del 2008, se confirmó el cambio de distribuidor, por lo cual se trasladó la oficina de Ciudad Juárez, Chihuahua, a Monterrey, Nuevo León, la ciudad industrial más importante de México. En junio del 2009, el material se trasportó desde la oficina de Ciudad Juárez a Monterrey. Pasamos todo ese año trabajando en la oficina y asegurándonos de que tuviera lo necesario para recibir apropiadamente a la Novia del Señor Jesucristo. Acomodamos el mobiliario, instalamos el aire acondicionado y se fabricaron estantes especiales para que las cajas del precioso Alimento espiritual encajaran perfectamente. La oficina se inauguró en el 2010. Esta cuenta con una sala de video, una sala de exhibición, la oficina del administrador y dos bodegas donde se almacena el material del Mensaje. En una de estas bodegas organizamos el material para distribuir separándolo en 5 grupos según la ruta y zona de distribución. La oficina de Monterrey de VGR se ubica en la zona occidental de la ciudad.

Conducimos más de 11.000 kilómetros recorriendo las cinco rutas de distribución, que incluyen muchos lugares: desde ciudades completamente pavimentadas de más de 7 millones de habitantes a caseríos con solo 3 familias contiguas y 7 a los alrededores ubicados en la cordillera de Chihuahua, a donde se accede conduciendo por territorios escarpados para recorrer solo 64 kilómetros en 3 horas.

La lista de distribución ha aumentado de 100 a 136 direcciones (incluyendo las de las cordilleras), y ahora el trabajo es seguir difundiendo el Mensaje en lugares donde no hay iglesias ni creyentes del Mensaje.