31/10/2017
El Día de la Reforma

En 1405, el papa Inocencio demandó que Juan Huss abandonara su postura “herética” contra la doctrina católica de que solo el sacerdote podía leer la Palabra de Dios. Huss predicaba que el hombre no necesitaba que un sacerdote le interpretara la Biblia, sino que había que concederle a él el derecho de leer y entender por sí mismo. Asimismo, le ordenaron que frenara su protesta contra la venta de indulgencias y se retractara de lo dicho contra el papa. El hombre de Dios permaneció firme y lo sentenciaron al mismo destino de decenas de millones que fueron asesinados solamente por protestar contra la jerarquía de poder llamada la Iglesia católica romana.

En ese día funesto, Huss se vio sujeto a la estaca y rodeado de pilas de leña. El verdugo se inclinó para prender la hoguera y dijo: “Ahora quemaremos al ganso” (Huss significa “ganso” en bohemio). El hombre de Dios respondió con esta profecía: “Sí, pero llegará un cisne dentro de un siglo que Uds. no podrán tocar”.

Aproximadamente cien años después, un fraile católico llamado Martín Lutero se percató de los errores graves de la Iglesia romana y procedió a predicar que el Mensaje (la Biblia) debía estar a la disposición de la gente común, en su propio idioma. Tal como Huss, él predicó contra las indulgencias y desafió el dogma católico enseñando justificación por fe. Refutó la infalibilidad tanto del clero como del papa, depositando su confianza únicamente en la Biblia. Sus palabras agraviaron hasta el fondo a la institución romana. Posteriormente, el 31 de octubre de 1517, Lutero clavó sus 95 tesis en la puerta de la Iglesia del Castillo, en Wittenberg, Alemania. La Reforma Protestante y la quinta edad de la Iglesia habían comenzado.

Pronto Lutero se ocupó traduciendo la Biblia al alemán. Al mismo tiempo, otro siervo de Dios llamado William Tyndale emprendió la traducción al inglés. Más y más traducciones comenzaron a materializarse. En 1569, Casiodoro de Reina completó la primera traducción de la Biblia al castellano, conocida como la Biblia del Oso. Ni siquiera el gran poderío de la iglesia podía evitar que el Mensaje llegara al pueblo. Dentro de poco las personas comunes ya no tenían que depender de que su sacerdote las alimentara con doctrinas de la iglesia. Para infortunio del clero, hasta el más humilde campesino podía leer la Palabra por sus propios medios y juzgar los errores que le enseñaban desde el púlpito.

Hoy se cumplen 500 años de esa mañana crucial, cuando Lutero originó la Reforma Protestante. Asestó un golpe contundente al reino de Satanás, pero el diablo estaba lejos de su fin. Él sabía que solo era cuestión de tiempo esperar a que Lutero cayera en el olvido y entonces volvería a reinar el espíritu denominacional.

En las edades de Filadelfia y Laodicea, Satanás aplacó sus tendencias asesinas para inducir a la gente a un falso sentimiento de seguridad. Sin embargo, podemos ver el espíritu anticristo a lo largo de la historia y no sería sensato pensar que esos tiempos ya pasaron. El mundo jamás debería olvidar que Satanás aún es un asesino y la ideología romana sigue tan dominante como antes.

Estos son algunos acontecimientos recientes:

En 1999, las iglesias luterana y católica romana firmaron una declaración conjunta, con el fin de concluir la Reforma Protestante de quinientos años. Entre otras cosas, el acuerdo sostiene que las dos iglesias ahora comparten “una interpretación común de nuestra justificación por la gracia de Dios mediante la fe en Cristo”. Las dos iglesias expresaron que esencialmente “resuelve el conflicto de quinientos años con respecto a la naturaleza de la justificación, el cual causó la Reforma Protestante”.

Martín Lutero se estremecería en la tumba.

Lutero protestó contra las indulgencias, la autoridad del papa y la iglesia, y otras noventa cuestiones aparte de la justificación por obras. Sin embargo, por desgracia, esta reciente maniobra política funcionó.

Influenciados por el espíritu ecuménico, el Consejo Metodista Mundial y otras denominaciones recibieron sin reservas el veneno que les presentaron los católico-luteranos y comenzaron a ignorar sus diferencias. El papa Francisco promovió la causa asociándose con muchos supuestos carismáticos para impulsar más lo que comenzaron en 1999.

Tony Palmer (extremo derecho) y otros líderes de iglesias junto con el papa.

En febrero del 2014, un obispo anglicano episcopal llamado Tony Palmer habló con Kenneth Copeland y líderes del movimiento carismático sobre el fin de la Reforma Protestante. El Sr. Palmer hizo la siguiente declaración: “Hermanos y hermanas, la protesta de Lutero ha concluido. ¿Y la suya?”. Luego mostró una grabación del papa, la cual el público acogió poniéndose de pie en ovación. Tony Palmer murió trágicamente en un accidente de motocicleta unos meses después, pero su mensaje está cobrando fuerza.

El 23 de julio del 2015, el medio informativo The Catholic Herald (uno de los principales de la Iglesia católica) publicó un artículo titulado “The Pope’s Great Evangelical Gamble” (‘La gran apuesta evangélica del papa’), el cual comenzó de la siguiente manera:

En algún lugar de la oficina del papa Francisco hay un documento que podría cambiar el curso de la historia Cristiana. Proclama el fin a las hostilidades entre católicos y evangélicos, y declara que las dos tradiciones ahora están “unidas en su misión porque anuncian el mismo Evangelio”. El santo padre espera firmar el documento en el 2017, con motivo del 500.° aniversario de la reforma, junto con líderes evangélicos que representan aproximadamente la cuarta parte de los Cristianos en el mundo hoy.

Francisco está convencido de que la reforma ya terminó. Cree que 1999 marcó su fin, cuando la Iglesia católica y la Federación Luterana Mundial emitieron una declaración conjunta sobre la justificación, la doctrina que es la razón central de la protesta de Lutero.

No sabemos si firmaron el documento hoy, pero en realidad no importa. Todos vemos la dirección que sigue la iglesia.

El 31 de octubre del 2016, el papa Francisco viajó a Suecia (históricamente un abanderado del protestantismo) para celebrar la Reforma de Lutero y seguir difundiendo su llamado a la unidad. CBS News publicó un artículo que decía lo siguiente:

“El papa francisco viajó a Suecia secular el lunes con motivo del 500.° aniversario de la Reforma Protestante, un gesto extraordinariamente valiente, dado que hace cinco siglos su propia orden jesuita se fundó para defender la fe contra las reformas ‘heréticas’ de Martin Lutero”.

Los esfuerzos de Francisco aparentan ser condescendientes, pero son meramente políticos. La Iglesia católica no condesciende; nunca lo ha hecho y nunca lo hará. Su propósito es dominar tanto las vidas como las almas de los hombres y para esto se vale de estrategias políticas. Las iglesias están demasiado dispuestas a olvidar todo lo que hemos atravesado durante los últimos 2000 años y dónde comenzó la persecución: la Iglesia católica.

En el 325 d. C, el emperador romano Constantino empleó las mismas tácticas del papa Francisco para cautivar a la gente con una trampa de “unidad”. El jinete del caballo blanco de apariencia inocente luego desenvainó su espada sangrienta en el Concilio de Nicea y asesinó a millones de Cristianos. Ese espíritu permanece entre nosotros. El mundo denominacional quizás caiga en la trampa, pero la Novia nunca será engañada y jamás olvidaremos.

El profeta nos advirtió de estos tiempos. Su Mensaje fue: “Salid de ella, pueblo mío, para que no seáis partícipes de sus pecados”. Dista mucho de “hagan concesiones para que podamos unirnos en una sola iglesia”. Sí, la Novia está unida bajo la Palabra y por esa misma Palabra conocemos a nuestro enemigo. Jamás olvidaremos los principios de Martín Lutero.

Que Dios los bendiga en este aniversario 500 del Día de la Reforma.

Pueden leer el artículo de Halloween del año pasado aquí.